martes, 3 de enero de 2017

CREACIÓN DE DINERO


El Banco Central Europeo (BCE) ha extendido su programa de compra de activos financieros durante nueve meses más de los previstos. En lugar de acabar en marzo de 2017, las adquisiciones continuarán hasta diciembre, pero por un volumen mensual de 60.000 millones, frente a los 80.000 millones que ha venido comprando.

En opinión de algunos analistas, esta ampliación trata de evitar que aparezcan problemas de liquidez en los calendarios electorales del año próximo, sobre todo en el período de las elecciones alemanas, que va de agosto a octubre.



En el gráfico del Eurosistema (autoridad monetaria) podemos observar la enorme cantidad de dinero que había creado el BCE (marcado en rojo) hasta octubre pasado con el programa de compra de activos.

En la creación de dinero en la Eurozona interviene, por un lado, el Banco Central Europeo (BCE), que determina la cantidad que debe poner en circulación en base a la información sobre la necesidad de dinero que le proporcionan ciertos agregados de la economía y, por otra parte, los bancos privados que, a través de sus préstamos, expanden la cantidad de liquidez en el sistema monetario.

El dinero que proporciona el BCE se donomina “base monetaria” y está formada por el efectivo en forma de billetes y monedas de curso legal, más los activos de caja (liquidez) de los bancos.

La generación de efectivo o creación de base monetaria viene respaldada por el aumento de los activos del BCE en forma de oro y divisas, créditos a los bancos comerciales, compra de activos financieros (públicos y privados) y créditos al sector público

A partir de la base monetaria, los bancos comerciales crean dinero, llamesmosle “virtual”, cuando cumplen su función de prestar a los clientes, anotando en su activo el importe del préstamo y abriendo una cuenta de deposito a la vista (dinero) en su pasivo, que puede ser utilizado libremente por los prestatarios.

Las operaciones de política monetaria más importantes del BCE están consistiendo en la compra de acciones, bonos y otros activos financieros (públicos y privados) a las empresas financieras, fondos de inversión y algunas grandes corporaciones, con meras anotaciones de ordenador, es decir, con dinero creado de la nada. Tienen por objetivo que los bancos comerciales faciliten la financiación de las inversiones privadas.

Las compras de activos han conseguido reducir el coste de financiación de las familias, empresas y administraciones públicas, pero no se ha logrado estimular de modo significativo el crédito. Lo que sí ha servido es para aportar liquidez a los bancos que están en mala situación económica.
















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