martes, 23 de febrero de 2016

DINERO Y TIPO DE INTERÉS

Se considera como dinero el efectivo (billetes y monedas) y los depósitos bancarios a la vista, dado que son medios de pago aceptados universalmente y, por tanto, pueden ser utilizados  de inmediato para liquidar las transacciones económicas. Otros activos, como por ejemplo una propiedad inmobiliaria, no se consideran dinero, al carecer de liquidez o disponibilidad inmediata.

La principal función del dinero es su capacidad para servir como medio de cambio, es decir, ser aceptado como pago para cancelar obligaciones. El dinero supera la limitación del trueque y permite vender bienes y servicios a quienes no sean los que produzcan los bienes que se desean consumir.

El dinero es, además, una unidad de cuenta, esto es, una medida para los intercambios. Al denominarse en dinero los  precios de los bienes y servicios, se facilita el cálculo económico y se permite la comparación entre ellos.

Una tercera característica del dinero es que se trata de un  activo o reserva de valor, que permite transferir poder adquisitivo presente hacia el futuro, lo cual significa que su valor no desaparece inmediatamente.

La oferta monetaria de la Eurozona está controlada por el Banco Central Europeo, que emite dinero y decide  la cantidad de efectivo en circulación. Además, de modo indirecto, regula los depósitos generados por los bancos privados

La demanda de dinero es la cantidad que desean disponer los individuos y las empresas, que está en función de la rentabilidad que ofrezca como activo financiero, del riesgo que se ha de asumir y del deseo de liquidez. La rentabilidad toma la forma de interés, que es el precio por el uso de una cantidad de dinero durante cierto tiempo.

En la práctica no existe un único tipo de interés de mercado, sino múltiples tasas, dependiendo de la modalidad de financiación  y de los plazos de vencimiento. En el siguiente cuadro podemos observar los tipos medios anuales aplicados a los préstamos tanto a familias como a empresas, según datos del Banco de España:


Como el dinero en efectivo no genera intereses y los depósitos a la vista apenas dan rendimiento, mantener dinero líquido significa renunciar a los ingresos que se pueden obtener con depósitos a plazo u otros activos con menor liquidez. Cuanto mayor sea el interés que ofrece el mercado, mayor será el coste de oportunidad de poseer riqueza en forma de dinero.

Si aumenta el tipo de interés, se deseará tener mayor cantidad de riqueza en activos no monetarios remunerados al interés de mercado, reduciendo la posesión de dinero líquido. Por lo tanto, un aumento del tipo de interés reduce la demanda de dinero.

La liquidez es un beneficio claro de mantener dinero, ya que viene a facilitar a las empresas y a los individuos la realización de los pagos corrientes. La necesidad de contar con liquidez aumenta al ritmo que lo hace el volumen de las transacciones, con lo que crece la demanda de dinero.

La demanda agregada a total de dinero de empresas e individuos depende del tipo de interés y del nivel de precios, porque si aumenta la inflación hará falta más dinero para hacer pagos. También influye el nivel de renta real del país, dado que con el aumento del PIB se precisará más cantidad de dinero.


El tipo de interés de equilibrio viene de la interacción de la oferta de dinero, que está en manos del BCE y los bancos privados, y de la demanda agregada de empresas e individuos. Podemos observar que, con la caída del comercio mundial y el proceso de reducción de las deudas (desapalancamiento) tras el período de crisis, la oferta de ahorro y la demanda de inversión tienden a igualarse a tipos de interés cada vez menores.

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