martes, 26 de enero de 2016

EL MERCADO DE DIVISAS

Se entiende por divisa una medida aceptada para realizar transacciones entre países con garantía de equilibrio. El concepto de divisa se suele asimilar al de moneda extranjera, pero incluye a los activos financieros (cheques, letras y similares) denominados en moneda extranjera. 

Es importante distinguir entre divisa convertible y no convertible. La primera, que puede convertirse libremente a otras divisas, tiene oferta y demanda y su precio viene determinado por el mercado. 


Desde la implantación del Euro, solo 11 monedas cumplen con las condiciones básicas para moverse en el comercio mundial y poder ser unidad de cuenta para cobros y pagos en todos los países. Las más utilizadas son el dólar americano, el euro, la libra esterlina y el yen. 

Las condiciones de una divisa para poder ser plenamente convertible son que en su país de origen exista libertad de movimiento de capitales, que no haya restricción ni límite a la tenencia de depósitos, la existencia de una infraestructura financiera adecuada en el país de la divisa y que cuente con suficiente volumen de movimientos en la Balanza de Pagos.

Las divisas no convertibles (154 en todo el mundo) están sujetas a limitaciones absolutas o temporales. Se utilizan en el interior de cada país, o bien entre dos países cuando tengan firmado un acuerdo de intercambio. 

El mercado en el que se intercambian las monedas extranjeras se denomina mercado de divisas. Al igual que en el resto de los bienes y servicios, los tipos de cambio entre divisas vienen determinados por las compras y ventas de moneda extranjera de las empresas, los particulares y las entidades financieras, con el fin de realizar pagos internacionales.

En el gráfico tenemos la evolución del tipo de cambio medio de cierre entre el euro y el dólar americano en el último año. 

Aunque el Banco de España publica, a título informativo, la cotización del euro contra otras divisas, las entidades financieras pueden aplicar otras cotizaciones, fijando el cambio comprador (la cantidad que pagan por la divisa) y el cambio vendedor (el precio al que venden la divisa). La diferencia entre ambos es el beneficio del intermediario financiero,

Los principales agentes de este mercado son los bancos comerciales, puesto que las transacciones se realizan mediante el intercambio de depósitos bancarios (los billetes no se consideran divisas) denominados en diferentes monedas; las empresas multinacionales; los inversores institucionales, tales como fondos de pensiones, y los bancos centrales, cuyos movimientos observan con atención los participantes en el mercado, a fin de obtener información sobre la orientación futura de la política macroeconómica.

Los intercambios de divisas se llevan a cabo en centros financieros de grandes ciudades, tales como Londres, Nueva York, Tokio y Frankfurt. El volumen de intercambio de divisas diario ha superado la colosal cifra de 4 billones de dólares, de los cuales cerca de la mitad se realizan en Gran Bretaña. 

Los grandes centros financieros, conectados a través de ordenadores y líneas telefónicas, funcionan como un mercado mundial. La integración de estos centros impide que surjan diferencias significativas en los tipos de cambio entre un lugar y otro, dado que a través del arbitraje (compra de una moneda para venderla a un precio más elevado) se eliminan las pequeñas diferencias que puedan existir en un momento determinado entre las diversas plazas de contratación.

martes, 19 de enero de 2016

EL ENDEUDAMIENTO PRIVADO

Uno de los principales desequilibrios macroeconómicos de la economía española es el elevado endeudamiento y, aunque las alarmas se han disparado por el rápido crecimiento de la deuda pública, que según el “protocolo de déficit excesivo” ha alcanzado un nivel cercano al 100% del PIB, el endeudamiento privado, correspondiente a las deudas de familias y empresas, supera con creces al de las Administraciones Públicas.


Según la información facilitada por el Banco de España, la deuda acumulada por el sector privado español, sin contar las entidades financieras, equivale al 179% del PIB. 

España entró en la zona del euro con un endeudamiento privado del 103%, pero con las facilidades crediticias y el bajo tipo de interés de los años anteriores a la crisis, duplicó su deuda hasta el llegar al 217,5% del PIB en el año 2010

El siguiente gráfico recoge la trayectoria de endeudamiento, así como el desendeudamiento posterior, de familias y empresas, con cifras en porcentajes sobre el PIB

En los últimos años, las familias y empresas han reducido la deuda en cerca de medio billón de euros. Si tomamos la eurozona como referencia, la deuda de las empresas españolas descendió al nivel de las europeas en el segundo trimestre de 2015. Las familias se están desendeudando más lentamente, debido a que el 77% de sus deudas están vinculadas al mercado de la vivienda.

Para tratar de descifrar el enorme endeudamiento total de España, incluyendo Administración Pública y sector privado, vamos a apoyarnos en el esquema realizado por Funcas, con datos de final de 2014, en miles de millones de euros.

El gráfico muestra que las empresas (sociedades no financieras) tenían préstamos del extranjero por 287.000 millones, adeudaban a instituciones financieras (fondos de inversión, fondos de pensiones…) 104.000 millones y a los Bancos 531.000. Incluyendo los créditos entre las propias empresas de 504.000, el endeudamiento bruto total ascendía a 1,426 billones de euros. 

Los hogares o familias debían 743.000 millones a los bancos, cerca del 80% por créditos hipotecarios a largo plazo. 

A su vez, los bancos adeudaban a países extranjeros 601.000 y a las instituciones financieras 552.000, lo que supone una deuda total de 1,15 billones. Pero también habían prestado a las instituciones 291.000, además de los créditos concedidos a familias, empresas no financieras y Administración Pública. A su vez, las instituciones financieras adeudaban al resto del mundo 246.000 euros. 

Por lo tanto, el sector financiero en su conjunto tenía posición acreedora, dado que los préstamos a familias, empresas y Administraciones Públicas sumaban 1,75 billones y la deuda era de 1,15 billones. 

Por su parte, las Administraciones Públicas debían a prestamistas extranjeros 498.000, a los bancos 476.000 y a las instituciones financieras 164.000. El endeudamiento total ascendía a 1,138 billones de euros.

Sin tener en cuenta al sector financiero, para evitar la doble contabilización, dado el papel de intermediación que desempeña, el siguiente cuadro resume el endeudamiento total bruto en España, que alcanza los 3,3 billones de euros.






martes, 12 de enero de 2016

EL TIPO DE CAMBIO REAL

La relación cambiaría entre monedas o  tipo de cambio es el precio de una moneda en función de otra. Puede formularse en términos directos, como dólares por euro, por ejemplo, o indirectos (cálculo inverso), que toma la forma de euros por dólar. Estos días, el precio de compra de un euro ha estado en torno a 1,08 dólares, o bien, un dólar se ha podido comprar con 0,925 euros.  

Dado el impacto que tiene en las balanzas de pagos y en otras variables de los países, los tipos de cambio son precios importantes en economía y se recogen diariamente en las secciones financieras de los periódicos

El tipo de cambio, al ser un activo financiero, tiene la propiedad de constituir una forma de riqueza y es un medio para transferir poder adquisitivo del presente al futuro. La cotización actual de una moneda responde enseguida al cambio de las expectativas de la evolución de su valor en el futuro


En el gráfico del Banco de España observamos las notables variaciones que se han producido a lo largo de los últimos 15 años en las cotizaciones del euro respecto del dólar y de la libra. El euro comenzó a cotizarse a 1,18 dólares en sus inicios, alcanzó en el 2008 cerca de 1,60 y ha caído hasta el entorno de 1,08. En cambio, respecto a la libra esterlina, el euro se cotizó a 0,7 libras, tuvo alteraciones a lo largo del tiempo, pero hoy día mantiene el tipo de cambio muy próximo al inicial (0,75).

El tipo de cambio se establece en el mercado de divisas, conocido como FOREX, un mercado mundial y descentralizado. Al igual que en otros mercados, la cotización de una moneda viene por el encuentro de la oferta y la demanda. Por ejemplo, en una relación entre el euro y la libra esterlina, la demanda de libras (oferta euros) se produce cuando los consumidores y las empresas de la Eurozona las necesitan para comprar bienes y servicios de Gran Bretaña.

En sentido contrario, la demanda de euros (oferta de libras esterlinas) corresponde a las necesidades que empresas y consumidores de Gran Bretaña tienen de los países que operan con el euro como moneda.

Hay que distinguir dos tipos de cambio: nominal y real. El primero surge del mercado de divisas y es el que publican los medios de difusión. El tipo de cambio real corrige el nominal teniendo en cuenta las tasas de inflación de los países, lo cual permite,   aunque los precios estén expresados en divisas distintas, establecer el precio relativo real en términos de capacidad de compra de los bienes y servicios en diversos países.

Las monedas con mayores transacciones en el mercado son el dólar estadounidense (43%), el euro (17%), el yen japonés (12%) y la libra esterlina (6%). Los centros de negociación más importantes son las bolsas de Londres, Nueva York y Tokio.

Las variaciones de los tipos de cambio reciben el nombre de depreciaciones o apreciaciones. Una depreciación del euro respecto del dólar es una caída del precio expresado en dólares. Por ejemplo, pasar de 1€=1,2$ a 1€=1,1$. Toda apreciación incrementa el precio relativo (encarece) de las exportaciones y reduce el precio relativo (abara) de sus importaciones.

Justo al contrario, una depreciación de la moneda de un país reduce el precio relativo de sus exportaciones  y aumenta el de sus importaciones, con lo que generalmente se mejora el saldo de la balanza de pagos, al aumentar las ventas al exterior del país y reducir las compras en el extranjero.

martes, 5 de enero de 2016

APORTACIONES AL CRECIMIENTO

Según la información facilitada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), durante el tercer trimestre de 2015, el PIB español ha crecido  un 3,4% respecto al mismo período de 2014 y el empleo ha aumentado, en términos anuales y equivalentes a tiempo completo, en 512.000 puestos de trabajo, un 3,1%, lo cual significa que la productividad ha subido un 0,3% en los doce últimos meses.

Este incremento de la productividad es mucho menor que el conseguido en los 3 años anteriores, entre 2% y 2,5% anual, confirmando que, en España, la productividad es anticíclica: aumenta menos en las fases de recuperación y expansión que en las de crisis y recesión. Entre 2001 y 2007, en plena expansión, el incremento anual no superó el 0,4% y durante la recesión, de 2009 a 2013, llegó al 2,4%.

El comportamiento anticíclico de la productividad viene provocado por la tendencia del empleo a variar ampliamente, mucho más que en otros países de la Eurozona, aumentando en proporción elevada en las expansiones y disminuyendo también notablemente en las recesiones.

Por lo tanto, la elasticidad entre empleo y producción (porcentaje de variación del empleo / porcentaje de  variación del PIB) es elevada, debido a que los ajustes de las empresas por los cambios de la situación económica se realizan mayoritariamente con modificaciones del empleo. La alta tasa de temporalidad facilita las rescisiones de contratos.

La economía española ha tratado de crecer en la reciente crisis apoyada en las exportaciones de bienes y servicios, para incentivar la inversión y aumentar el nivel de empleo.

Bajo el criterio de las ventajas comparativas, los países buscan nichos de mercado en los que puedan competir de modo más efectivo. La estrategia supone que la división del trabajo a nivel internacional va a proporcionar un mayor bienestar a todos los países.

Pero lo cierto es que la especialización de los países tiende a favorecer a los que pueden dedicarse a bienes de alto valor añadido, en tanto que deja en posición muy débil a los que ofrecen bienes básicos o de primera necesidad, tales como materias primas o productos textiles, que sufren un deterioro de los términos de intercambio y acaban empobreciéndose.


Como vemos en el gráfico, a partir de 2013 cambian las aportaciones al PIB. Desde la óptica del gasto, se puede apreciar en el tercer trimestre de 2015 una contribución muy positiva de la demanda interna (3,9%) y una aportación negativa de la demanda externa (-0,5%).

Algunos economistas apuntan que se debería iniciar un proceso de reindustrialización, buscando situarse en sectores de mayor valor añadido, una estrategia que mejoraría la participación del trabajo en la renta nacional, que ha descendido del 50,1% en 2008 al 46,7%.