martes, 29 de julio de 2014

FLUJOS COMERCIALES Y FLUJOS FINANCIEROS


Cuando un país participa en el comercio internacional hay cuatro fuentes en la demanda agregada: consumo interno, inversión privada, gasto público y exportaciones netas (exportaciones menos importaciones).

La conexión entre la demanda agregada y el equilibrio en el mercado de fondos de capital revela una importante relación entre el saldo de la balanza por cuenta corriente+capital y las entradas netas de fondos.

En la economía abierta, la igualdad entre ahorro e inversión se da al coincidir la inversión privada con el conjunto de tres componentes: el ahorro privado (familias y empresas), el ahorro público (ingresos menos gastos públicos) y  las entradas netas de fondos de capital exterior.

Para observar los vínculos entre flujos comerciales y flujos financieros exteriores, supongamos una operación habitual: un residente de la Eurozona compra un automóvil japonés. El comprador pagará en euros al concesionario y este al importador, el cual cambiará el dinero a yenes en un banco para pagar el coche en moneda japonesa.  La entidad bancaria que ha recibido los euros los utilizará para facilitárselos a las empresas de otras áreas monetarias que deseen invertir en la Eurozona o comprar productos europeos.  Por tanto, los euros iniciales vuelven a la zona de origen.

Podemos expresarlo de una manera simplificada: importaciones  = exportaciones + entradas netas de capital. Es decir, que los euros que salieron para la compra del automóvil vuelven al exportar productos de la Eurozona y al recibir inversiones de capital desde el exterior. Por tanto, déficit de balanza por cuenta corriente+capital y entrada neta de fondos extranjeros son expresiones equivalentes.

A continuación tenemos la parte primera de las Balanzas de Pagos españolas de enero a abril de 2013 y 2014, en las que podemos observar las relaciones económicas con el exterior en diversos apartados:


La balanza comercial acumuló en los cuatro meses primeros de este año un déficit de 6,5 miles de millones de euros (3,9 en el mismo período del año anterior). El incremento del déficit fue debido al mayor crecimiento de las importaciones que las exportaciones.

 
En Turismo y Viajes el superávit fue  de 7,8 miles de millones de euros, ligeramente superior al alcanzado en el mismo período de 2013, pese al record del número de visitantes.

 
El deterioro del apartado de rentas (-8,3 frente a -5,6 de un año antes) se debe al aumento de los pagos al exterior y, sobre todo, a la reducción de las rentas percibidas como consecuencia de las desinversiones de cartera exterior de las empresas españolas durante los primeros meses de este año.

 
Por lo tanto, en el conjunto de los cuatro meses del año 2014, la balanza por cuenta corriente+capital española acumuló un déficit de 7,3 miles de millones de euros,  una  necesidad de financiación, que fue atendida por otros países prestando dinero o invirtiendo en nuestras empresas, tal como refleja la Cuenta Financiera, segunda parte de la Balanza de Pagos.

 

martes, 22 de julio de 2014

EL NIVEL DE VIDA MATERIAL


La mejora del nivel medio de vida es consecuencia de la capacidad de producir mayor cantidad de bienes y servicio accesibles a un colectivo. Es el proceso que  denominamos crecimiento económico.

 

Observamos en el gráfico del PIB español por habitante que, tras un siglo (1855-1955) con escaso crecimiento, la renta por habitante pasa del entorno de 5.000 dólares en 1959, cuando la economía  se abrió al comercio internacional,  a cerca de 27.000 en el año 2011.

En los últimos  52  años (1959-2011) ha habido en España varias crisis económicas, pero pese a sus efectos negativos,  una visión del largo plazo indica que el bienestar material medio de las personas se ha multiplicado por más de 5,  un crecimiento anual  sostenido del 3,3% en medio siglo.  

En ese transcurso de tiempo se realizaron nuevas inversiones en edificios y equipamientos productivos (acumulación de capital) y  el aumento demográfico y la inmigración provocaron el  incremento de la población activa, al tiempo que la investigación y la innovación generaron cambios tecnológicos, dando lugar a nuevos productos y  a métodos de producción más eficientes.

Al incremento de renta le ha acompañado el aumento de la esperanza de vida, la reducción de la jornada laboral y la mejora en el nivel educativo, aunque la crisis que comenzó en 2008 ha supuesto un retroceso, que en el nivel de producción ha llegado  a representar en torno al 8%

Para situar la evolución económica española en el contexto de la Unión Europa, el siguiente gráfico compara el PIB por habitante de España con la media de la UE, en los últimos 18 años:


España entró en la UE (1986) con una renta por habitante del 72% y fue avanzando a buen ritmo, hasta alcanzar en el 2007, justo al comienzo de la última crisis, un nivel de renta del 105% de la media europea. Pero la tendencia se quebró en el 2010, en plena crisis del euro, año en el que se situó por debajo de la media y sigue todavía descendiendo.

La tasa de crecimiento de la producción per cápita puede expresarse como la suma de dos factores: la tasa de aumento de las horas trabajadas por habitante y la tasa de aumento de la productividad (aumento de producción por hora trabajada).

Las horas trabajadas crecen por el aumento de la población activa, sobre todo por la incorporación de la mujer al trabajo a tiempo completo. El otro factor, la productividad, es la clave de la mejora en el nivel medio de vida.

Por lo tanto, el crecimiento de la producción es debido tanto a la mayor dotación de capital físico y de horas de trabajo como a la mejora de la productividad. Este segundo aspecto, denominado “productividad total de los factores”(PTF), mide el impacto de elementos diversos que contribuyen a la mejora de la eficiencia en el uso de los factores productivos.

Según los análisis realizados por  la Fundación BBVA, más de la mitad del crecimiento de España desde 1980 se ha debido a la acumulación de capital físico (edificios y equipamientos productivos), un 1,6% anual de la tasa media de crecimiento, que fue del 3%.  La acumulación de horas de trabajo aportó un 0,8% del crecimiento y la mejora en la formación de los ocupados un 0,5%.

En consecuencia, en el período de las últimas dos décadas y media apenas hubo incremento de productividad en España, pero se pueden distinguir dos subperíodos con resultados muy desiguales: entre 1980 y1995, la productividad  creció a una tasa anual del 0,6%,  y de 1995 a 2007 descendió en un -0,8%. En cambio, en la Eurozona, la parte  del incremento de capital supuso también el 50% de la tasa de crecimiento, como en España, pero la mejora en la  productividad aportó la tercera parte del crecimiento en el conjunto de los 27 años.

Quizás en la época de “España va bien” no había incentivos para que las empresas afrontaran costosos cambios organizativos internos para mejorar la productividad. Para crecer, les bastaba con  acumular recursos: capital físico y horas de trabajo.  

El panorama ha cambiado con la llegada de la crisis, porque en los últimos tres años la productividad está creciendo en torno al 2% anual. Algunos la denominan “productividad mala”, porque es consecuencia de la reducción del denominador (ocupados) y no del incremento del numerador (producción).

martes, 15 de julio de 2014

CRÉDITO Y COSTE DE FINANCIACIÓN




El Banco Central Europeo (BCE), a través de su presidente, Mario Draghi, ha prometido recientemente mantener un perfil expansivo en la política monetaria durante cierto tiempo y, además, estar dispuesto a la compra de activos financieros, en la línea de expansión monetaria marcada por los bancos centrales de Estados Unidos, Japón y Reino Unido.

Los bancos centrales, que funcionan como bancos de bancos, supervisan y controlan el sistema bancario y son los responsables de llevar a cabo las políticas monetarias, subiendo o bajando los tipos de interés nominales, que modifican las condiciones de crédito de las economías de los países.

En su reunión de junio, además de reducir el tipo de interés básico del 0,25% al 0,15%, el BCE ha acordado medidas para estimular la concesión de créditos por los bancos de la Eurozona

Por primera vez, el BCE va a aplicar un tipo de interés negativo (-0,10%) a las reservas bancarias que excedan del límite exigido por las autoridades monetarias y que los bancos tienen depositadas en el banco central. El objetivo es evitar que el dinero se quede estancado, para que el crédito llegue a la economía real.

Esa cuenta en el BCE, denominada “facilidad de depósito”, es una especie de hucha que el organismo pone a disposición de los bancos para que guarden su excedente de liquidez

El BCE ha anunciado también dos subastas de financiación entre los bancos en septiembre y diciembre de este año. Pondrá inicialmente a disposición de las entidades de depósito 400.000 millones de euros, a bajos tipos de interés y con cuatro años de plazo de devolución, pero la concesión a cada banco estará en función de los créditos concedidos al sector privado.

Pero las medidas orientadas a aumentar la liquidez disponible para las entidades financieras podrían no alterar de forma significativa el nuevo crédito concedido. La trayectoria de los préstamos a las empresas señala una caída del 12,5% en lo que va de año. Si lo comparamos con los datos interanuales, un 8,6% menos que un año antes.

Algunos economistas opinan que los bancos disponen de liquidez suficiente, pero están reduciendo el volumen de créditos con alto riesgo de morosidad para no tener que aumentar los recursos propios de la entidad en cumplimiento de las nuevas regulaciones.



Vemos en el gráfico el notable incremento de la tasa de morosidad en España e Italia a partir del 2009, en torno al 11% y al 12%, respectivamente, cuadriplicando a la banca norteamericana. El Banco de Pagos Internacionales indica que se van reconociendo pérdidas que estaban ocultas, motivo por el cual la tasa de morosidad de los préstamos bancarios va en aumento en los países periféricos europeos. En España, a mediados del 2014, la tasa superaba el 14,5%, con unos 20.000 millones de euros de créditos morosos

Otras opiniones ponen el énfasis en las bajas rentabilidades que están obteniendo las entidades. Ante la perspectiva de impagados en aumento, que provocan pérdidas en el importe prestado, puede ser preferible para un banco, en el escenario actual, perder el 0,1% dejando seguro el dinero en depósito en el BCE. Se afirma que será la mejora de la situación de las empresas y de las familias la que propiciará que el crédito vuelva a fluir.

Pero un crédito en condiciones más favorables porque, según los datos ajustados a la inflación de Bank of America Merrill Lynch, el coste medio de un crédito de más de 1 año se situó en España en el 4,2% anual en mayo, mientras que en Alemania la banca apenas exige un 1,51% de interés, es decir, que las empresas españolas pagan casi tres veces más que las alemanas por sus préstamos, lo que dificulta una mayor inversión y creación de empleo.

martes, 8 de julio de 2014

ECONOMÍA INTERGENERACIONAL


Según el informe sobre el Movimiento Natural de la Poblacional, del INE, el número de nacimientos en España descendió en el pasado año como consecuencia de la menor fecundidad y la progresiva reducción de mujeres en edad fértil (15 a 49 años), junto a la menor inmigración exterior y al aumento de la emigración en los últimos años.

El indicador coyuntural o sintético de fecundidad, que fija el número medio de hijos por mujer, fue de 1,26 en el 2013. Recordemos que debe ser superior al 2,1 para garantizar el relevo de una generación.


Vemos en el gráfico el descenso de cinco años consecutivos en el número medio de hijos por mujer en España

Al mismo tiempo aumenta la esperanza de vida al nacer. En España se ha situado en 82,8 años de media: 80 los hombres y 85,6 las mujeres. Este cambio demográfico está modificando las relaciones entre las diferentes generaciones de las familias y  trae como consecuencia una nueva relación intergeneracional.

Se plantean grandes cambios en la proporción que representan los segmentos de la población potencialmente activos (adultos) y dependientes (niños, jóvenes y personas mayores) y, por tanto, en la necesidad de inversiones en desarrollo de capacidades (educación) y de consumo en asistencia sanitaria, protección social y cuidado de las personas dependientes.

Gran parte de las necesidades de consumo de las personas que integran los grupos dependientes se satisfacen a través de los flujos de recursos económicos provenientes de la población en edad de trabajar. Algunos de estos flujos son directos, como cuando los padres proveen lo necesario a sus hijos, y otros son indirectos, como en el caso de las transferencias mediadas por los gobiernos y las instituciones económicas y sociales. El conjunto de todos esos flujos constituye la denominada “economía intergeneracional”.

Así, el aumento de la población mayor conlleva una sobrecarga del sistema económico del Estado de Bienestar, debido al traspaso de renta cada vez mayor a la población no productiva para hacer frente al sistema de pensiones y al cuidado de las personas. En el  año 2012, la proporción de personas mayores supuso un 20% de la población en algunos países europeos.

Observamos en el siguiente gráfico la tendencia descendente del ratio de trabajadores (afiliados a la Seguridad Social) respecto de  los pensionistas en España.



Si al comienzo de siglo había en torno a 2,3 ocupados por cada pensionista, el ratio ha descendido por debajo de 2 desde el pasado año. Además, está descendiendo el importe cotizado por cada trabajador, debido a la caída del salario medio en términos reales.

Preocupa sobre todo la dependencia de la población mayor de 65 años, en torno al 16% de la población total, dada la tendencia que se observa al crecimiento rápido de ese colectivo que, junto con los menores de 16 años (14,5%), conforman el nivel total de dependencia.

En el cuadro siguiente se recogen las previsiones del incremento porcentual de la población mayor de 65 años en España, Reino Unido y en el conjunto de la Unión Europea:


Aunque está cambiando la estructura de los hogares, la familia continúa siendo el principal pilar de apoyo a la vejez en España. Frente a la perspectiva de la visión de la familia nuclear en términos de aislamiento, se da la que pone en alza la solidaridad. Aumentan los vínculos intergeneracionales, que son la clave para el bienestar y el apoyo a lo largo de la vida de las personas.

martes, 1 de julio de 2014

UNA RENTA BÁSICA PARA EXISTIR


Una idea que comenzó a debatirse en los años ochenta del siglo pasado vuelve a estar de actualidad. Se reivindica la introducción de una renta básica garantizada de carácter universal, unos ingresos mínimos que permitan llevar una vida digna a todas las personas.

La red mundial que se creó en 1986 está presente en España desde 2001 con el nombre de Red Renta Básica (RRB). Los defensores de la propuesta sostienen que es factible y que sería la mejor manera de desterrar la pobreza. En cambio, los detractores afirman que no es posible financiarla y, además, que no es deseable desde el punto de vista social.

La Renta Básica se suele definir como una asignación monetaria incondicional a toda la población. Es diferente a los subsidios condicionados por alguna circunstancia, como estar en riesgo de pobreza o en desempleo.

Un estudio realizado en Cataluña por el profesor Raventós y dos colaboradores, en base a datos del Impuesto sobre la Renta (IRPF) del año 2010, señala que podría financiarse una Renta Básica (RB) de 7.968 euros anuales (664 euros mensuales) por habitante para mayores de 18 años, y de una quinta parte para los menores de esa edad. 

La cantidad de renta básica pagada, que se sitúa por encima del umbral de la pobreza, no está sujeta a la imposición del IRPF y viene a sustituir a toda prestación pública monetaria de cantidad inferior.

Según la simulación catalana, la implantación de la RB se conseguiría mediante un tipo impositivo único en el IRPF del 49,57%, que permitiría financiarla y mantener todas las partidas públicas hoy existentes (sanidad, educación…).

Aunque los tipos únicos se consideran regresivos, cuando se combinan con RB se convierten en muy progresivos. Hay que tener en cuenta que el tipo 49,57% es nominal, distinto del efectivamente a pagar.

Así, cuando la RB representa una parte importante de los ingresos recibidos, como se descuenta del total de ingresos para el cálculo de la base imposible, el tipo efectivo sobre el ingreso total es mucho menor que el nominal. Por ejemplo, una persona con ingresos de 400 euros al mes, más la RB de 664, ingresaría 1.064, pagaría 198,28 (400*49,57%), con lo que sus ingresos netos subirían de 400 a 865,72 euros. El IRPF efectivo pagado habrá sido del 18,6% (198,28/1.064)

En cambio, si la RB representa una parte pequeña de los ingresos, el tipo efectivo se acerca al nominal. Unos ingresos mensuales de 5.000 euros, por ejemplo, más la RB de 664, menos el 49,57% de 5.000 llevan a unos ingresos netos de 3.185,5 euros. El tipo efectivo de IRPF sobre el ingreso total de 5.664 euros habrá sido del 43,7%, próximo al nominal.

La consecuencia es que, si el primer 70% de declarantes, el colectivo de ingresos más bajos, aportan actualmente un 20% de la recaudación y el 10% más rico el 52%, tras la reforma propuesta, el primer 40% de declarantes cambia a receptor neto (la transferencia de RB es mayor que la cuota aportada) y el 10% de declarantes más ricos aporta el 80% de la nueva recaudación.

La gran mayoría de la población declarante en el IRPF y no declarante quedaría mejorada respecto a la situación actual. Solamente un porcentaje que oscilaría entre el 10 y el 15% de la población más rica saldría perdiendo con la reforma propuesta

En opinión de los profesores catalanes que han realizado la simulación, se produciría una gran redistribución de la renta de los sectores más ricos al resto de la población. De hecho el índice de Gini en Cataluña pasaría de 0,36 a 0,24, situándose al nivel de Noruega, el país europeo que presenta la menor desigualdad.

Las dificultades para poner en práctica la RB, que las hay, parece que no están tanto en el ámbito económico como en el político, porque actualmente los objetivos de política económica tanto de Cataluña, como de España y de la Unión Europea no están orientados a la finalidad que persigue la RB: garantizar la existencia material de toda la población, apostando por los colectivos desfavorecidos económicamente.