martes, 1 de abril de 2014

LOS FLUJOS FINANCIEROS CON EL EXTERIOR

La economía española se ha mostrado a lo largo del tiempo incapaz de generar internamente ahorro suficiente para atender las necesidades de capital que ha precisado su desarrollo.

Nos lo indica la evolución de la Balanza de Pagos  del país que, además de las operaciones corrientes y las que corresponden a la cuenta de capital, aspectos que analizábamos en la entrada anterior, recoge los flujos financieros, aquellos que  vienen a compensar los saldos finales de la primera parte del documento contable.

La segunda parte, la “cuenta financiera”, que se compone de las variaciones netas de activos y pasivos del país con el exterior,  distingue:

a)   Las operaciones de los sectores residentes en el 2013 (sin incluir al Banco de España), por un total neto de 88.758,1 millones de euros, que incluye inversiones directas (permanentes), inversiones netas de cartera (a corto plazo) y préstamos y depósitos netos.

b)   Las realizadas por el Banco de España con los residentes y no residentes en la Eurozona, (-114.267,1 millones), que junto a los errores y omisiones (10.775,4) cierran la balanza pagos, puesto que como documento contable tiene saldo final cero.

Por lo tanto, el saldo de la cuenta financiera (-14.733,6 millones, suma de las tres partidas indicadas en los dos párrafos anteriores) es igual, con signo contrario, a la necesidad o capacidad de financiación del país, es decir, a la suma de la cuenta corriente y la cuenta de capital.

El siguiente gráfico muestra, en porcentaje de PIB,  la evolución de la situación financiera de España con respecto al exterior en el último decenio


Se señala en rojo la tradicional necesidad de financiación de la economía española y en azul la capacidad de financiación (1,4% del PIB) lograda en el 2013.

Desde la entrada en vigor del euro (1999), se ha dado en España un elevado endeudamiento frente al exterior, en su mayor parte de las entidades financieras que,  aprovechando la abundancia de liquidez internacional y los bajos tipos de interés, captaron elevados  recursos para facilitar créditos a familias y empresas, lo cual alimentó la burbuja inmobiliaria.

El signo tradicional positivo del saldo  de la cuenta financiera (sin incluir el Banco de España), que permitió durante años cubrir las necesidades de financiación (saldo negativo de la cuenta corriente más la cuenta de capital) se interrumpió en 2011 y cambió a  signo negativo, con salida de fondos al exterior, debido a la crisis del euro, y dio lugar en 2012 a una fuga de capitales del orden del 17% del PIB.

La situación se resolvió con aumentos de pasivos netos del Banco de España frente al exterior, captados a través del Eurosistema, compensando los flujos de capital que abandonaron España.

En el siguiente gráfico vemos la dependencia frente al Eurosistema, la financiación que ha recibido, en miles de millones de euros,  al no poder conseguirla de  los mercados financieros


Hacia septiembre de 2012 se detuvo la salida neta de capitales y el préstamo neto con el Eurosistema fue reduciéndose durante el año pasado (como puede verse en el gráfico) desde cerca de 300.000 millones de euros a comienzo de 2013 a menos de 200.000 millones en enero pasado.

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