martes, 26 de noviembre de 2013

DESCENSO DEL TIPO DE INTERÉS

El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha rebajado el “tipo de intervención”, el interés de los préstamos que concede a las entidades de crédito, al 0,25% desde el 0,50% anterior. Con este descenso, el precio del dinero se sitúa en la zona euro en un nuevo mínimo histórico.

La reducción del tipo de interés es una medida de política monetaria que se adopta en situaciones de debilidad económica, a fin de impulsar el consumo y la inversión, los componentes de la demanda interna.

La curva de oferta agregada a corto plazo (OAcp), con salarios no totalmente flexibles, tiene pendiente positiva. Los precios (P) suben al aumentar la producción (Y), ya que aumenta el empleo y tienden a subir los costes laborables.

En cambio, la demanda agregada (DA) tiene pendiente negativa: aumenta con el descenso de los precios. El banco central puede influir en la demanda modificando el tipo de interés (i), que tiene por objetivo cambiar el volumen de dinero en circulación.

El descenso del tipo de interés básico (i0 a i1) tiende a mover la demanda agregada de DAi0 a DAi1 (flecha negra),  con lo que el equilibrio se desplaza de E0 a E1, aumentando el nivel de producción (Y0 a Y1) y el nivel de precios (P0 a P1). Este es el efecto expansivo que puede buscar el descenso del tipo de interés (0,50% a 0,25%)  del BCE que, para lograrlo,  debe influir en las tasas de interés que cobran las entidades de crédito a los préstamos concedidos a las familias y empresas.

Una consecuencia directa de que baje el precio de dinero es que puede reducir las cuotas que pagan los hipotecados, dado que existe una relación directa entre la evolución de los tipos de interés y el Euribor (0,534% a mediados de noviembre), la tasa que se utiliza para calcular las hipotecas. La reducción del tipo de interés disminuye también el coste de financiación de las empresas, cuando están referenciados al Euribor.

Por otro lado, la rebaja del precio de dinero viene a depreciar el euro, rompiendo la tendencia al alza de los dos últimos años frente al dólar, lo cual favorece la competitividad de las empresas exportadoras españolas.

Todas estas mejoras potenciales están condicionadas por la posibilidad de acceso al crédito de familias y empresas, puesto que la mitad de las PYMES españolas se están quedando sin el crédito que necesitan. El crédito que disponen los bancos se está dedicando a comprar deuda pública, es decir, a atender la necesidad de financiar el sector público.

Como observamos en el siguiente gráfico, la tendencia en la concesión de créditos es claramente descendente.
 Parece acertado que se tienda a reducir el coste de los préstamos, pero no se debe olvidar que el 23% de las PYMES españolas afirma que el acceder a la financiación es su problema más urgente.

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