martes, 11 de junio de 2013

EFECTOS CONTRACTIVOS DE LA AUSTERIDAD


El efecto de la política de consolidación fiscal sobre el crecimiento económico en los países periféricos europeos está siendo en los últimos tiempos una cuestión muy controvertida.

Si al principio de la crisis se llevó a cabo un conjunto de políticas expansivas en un intento de detener la caída de la actividad económica, hacia 2010 afloró con fuerza creciente el riesgo de insostenibilidad de la creciente deuda que provocaban los déficits y la política cambió de dirección. Se iniciaron acciones de ajuste fiscal, que fueron provocando efectos recesivos sobre la actividad

El siguiente gráfico recuerda de un modo sencillo el marco en el que actúa la política fiscal y muestra la formación del equilibrio de las cuentas públicas. Los gastos públicos son fijos y los impuestos varían en proporción a la actividad
Con los persistentes déficits fiscales, apareció de nuevo el debatido tema del multiplicador fiscal, que se define como

            % variación del PIB / % cambio del déficit público

Los efectos estabilizadores de las políticas fiscales discrecionales se producen a través de los cambios en el déficit público, es decir, en los gastos e ingresos públicos.

Si el multiplicador fiscal es mayor que la unidad, los efectos negativos de la austeridad fiscal, que trata de reducir el déficit público mediante la disminución de los gastos y el aumento de  los impuestos, provocan una reducción del PIB,  que disminuyen la recaudación por impuestos, con lo que se cierra una especie de “círculo perverso” aumentando el déficit fiscal.

Es lo que puede haber ocurrido en algunos países europeos periféricos. De ahí que algunos economistas estén defendiendo que, en tiempos de crisis, lo acertado es aumentar el gasto público para que el déficit acabe disminuyendo. Es decir, utilizar el multiplicador mayor que la unidad para provocar una especie de “círculo virtuoso”: más gasto, que aumenta  el PIB al impulsar externalidades positivas poniendo en producción capacidades infrautilizadas,  ingresos  fiscales superiores al gasto inicial y, por tanto, menor déficit.

Aunque con carácter general un multiplicador fiscal es aceptable que varíe entre 0,5 y 1, las distintas combinaciones de medidas, países y periodos hacen que tenga un rango de variación muy amplio, que puede elevar el multiplicador a 2

Todo esto aconseja que  las políticas fiscales deben llevarse a cabo con ritmo adecuado, a fin de que sean efectivas en la reducción del déficit, sin perjudicar más de lo necesario al crecimiento, y creíbles ante los compradores de deuda pública.

Los datos fiscales de 2012 cuestionan el éxito de las políticas de austeridad y confirman las dificultades de los países periféricos para reducir el déficit en los plazos establecidos. En consecuencia, la deuda pública sigue aumentando rápidamente. En el caso de España, este año superará el 90% del PIB

En el “Plan Nacional de Reformas”(PNR-2013), el Gobierno español reconoce que las medidas de consolidación fiscal están teniendo un efecto contractivo en la economía, que cifran en 2,58 puntos porcentuales de IPB en el corto plazo (un año)

 

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