martes, 19 de junio de 2012

LOS OBJETIVOS DE LA POLÍTICA ECONÓMICA


La política económica consiste en el conjunto de medidas que toma el sector público para lograr determinados objetivos que tienden a aumentar el bienestar de los ciudadanos.

Se entiende por sector público la actividad del Estado, las restantes Administraciones Públicas (Comunidades Autónomas, Diputaciones y Ayuntamientos),  los organismos autónomos y las empresas públicas.

El sector público puede actuar directamente tomando medidas discrecionales o fomentando las acciones del sector privado hacia determinados fines. Cuenta para ello con las políticas instrumentales que sirven como herramientas para afectar a distintos agregados macroeconómicos y a los diversos sectores económicos. 

Según se utilicen unos u otros instrumentos, las políticas pueden ser fiscales o monetarias, y con políticas específicas hacia los sectores puede incidir sobre la agricultura, la industria, el comercio, etc.

Los grandes objetivos

Los gobiernos persiguen habitualmente los objetivos de política económica siguientes:

a)  Reducción del desempleo, dado que genera grandes costes sociales y personales en el un país
b)  Crecimiento sostenido, que impulse el PIB a una tasa anual que permita mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos
c)  Control de la inflación, manteniendo el nivel de precios lo más estable posible, a fin de reducir incertidumbres en la economía.
d) Control del déficit público, equilibrando con ingresos los gastos de las demandas sociales.
e)  Estabilidad exterior, para equilibrar las relaciones económicas que se establecen con otros países.

La dimensión del sector público

La presencia pública en la economía no es la misma en todos los países y, además, ha variado a lo largo del tiempo. Diversos factores políticos, sociales y económicos han condicionado el grado de intervención estatal.
 
Se pueden observar en el gráfico las disparidades entre países en relación a la proporción de gasto público con respecto al PIB,  desde un 19,38% de la República Centroafricana hasta el 56,67% de Francia en el año 2010. En España el sector público gastó en 2010 el equivalente al 45,44% del PIB y en el 2012 no pasará del 42%.

En cuanto a la evolución del gasto en las últimas décadas, se observa que Suecia, un país tradicionalmente con Estado fuerte, ha reducido la participación del sector público en su economía. En el año 1993 tenía un 67,89% de gasto público y en el 2010 se quedó en el 50,63%,  un 25 por ciento menos. Alemania, ha pasado de un 54,46% en 1995 al 47,87% en 2010, con una reducción del 12 por ciento. También España ha reducido la participación del sector público en cerca del 10% con respecto a 1993.

Por otra parte, y como consecuencia de la crisis financiera, todos los países incrementaron su porcentaje de gasto público en el año 2009, aunque a partir del 2010 se están aplicando políticas contrarias que tratan de disminuir drásticamente ese gasto público, especialmente en la Unión Europea.


Las funciones del sector público

Al sector público se le atribuyen tres funciones económicas:

1.     Eficiencia económica, maximizando el bienestar de los ciudadanos, tanto desde el punto de vista de la producción como de la distribución, controlando el poder de mercado de las grandes empresas, cuidando los efectos de las externalidades negativas y proporcionando bienes públicos
2.     Equidad distributiva, favoreciendo la redistribución de las rentas desde los más favorecidos a los más necesitados, corrigiendo las desigualdades que ocasiona la orientación hacia la productividad y la eficiencia del mercado
3.  Estabilidad económica, interviniendo en los mercados para lograr los grandes objetivos macroeconómicos arriba indicados.

En las siguientes entradas trataremos de la política monetaria, una de las actuaciones del sector público en la economía, que en la Eurozona está dirigida por el Banco Central Europeo.
   

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