martes, 26 de junio de 2012

LOS INSTRUMENTOS DE POLÍTICA MONETARIA


Indicábamos en la entrada anterior que la Política Económica, en  general, se refiere a las decisiones que toman  los Gobiernos para intervenir en la economía de un país a fin de alcanzar objetivos tales como el crecimiento económico sostenido, la reducción del desempleo y la estabilidad de los precios.

Uno de los tipos de actuación es la llamada Política Monetaria, centrada en la inyección y drenaje de dinero de una economía con la finalidad de alcanzar los objetivos macroeconómicos antes citados.

La autoridad monetaria

En el caso de España, el organismo encargado de la política monetaria es el Banco de España, aunque desde enero de 1999 lo hace como parte integrante del Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC), que está compuesto por el Banco Central Europeo (BCE) y los bancos centrales nacionales de los 27 estados miembros de la Unión Europea. 

En el ámbito del euro funciona el Eurosistema, formado por el BCE y los bancos centrales de los 17 Estados que han adoptado el euro como moneda propia. El objetivo primordial del BCE se concreta en conseguir la estabilidad de precios, caracterizado por el incremento anual del índice de precios al consumo armonizado (IPCA) inferior al 2%. 

Los instrumentos de política monetaria

La intervención del BCE, al igual que los demás bancos centrales, se realiza utilizando tres instrumentos:

a) Operaciones de mercado abierto, mediante la compra de títulos de deuda pública en poder de los bancos o del público, aumentando así la cantidad de activos liquidos en el sistema. Si quiere drenar liquidez, el BCE venderá parte de su cartera de títulos en el mercado.
b)   Facilidades permanentes, proporcionando y absorbiendo liquidez a un día a un tipo de interés dado, facilitando créditos a la banca y ofrecimiento también la posibilidad de que hagan depósitos en el BCE.
c) Reservas mínimas, a través del coeficiente legal de caja, que es la fracción de los depósitos de los ahorradores que los bancos deben mantener en forma de reservas líquidas (caja).

El BCE ha lanzado en los últimos meses dos programas de préstamos a devolver a tres años, llamados LTRO (Long-Term Refinancing Operaration), uno en diciembre de 2011 y otro en febrero de 2012, a un tipo de interés del 1%, permitiendo a la banca pedir prestado casi un billón de euros.  

En el gráfico siguiente vemos el destino de la expansión monetaria del BCE, que muestra el desequilibrio en las necesidades de dinero líquido en los diversos países de la eurozona:
 
Se puede observar (línea azul) cómo  los países periféricos del sur de Europa (Grecia, Irlanda, Portugal, Italia y España) han ido adquiriendo con el paso del tiempo  una mayor proporción del total de  liquidez otorgada por el Banco Central Europeo al sistema bancario desde el inicio de la crisis. Los periféricos hemos pasado de obtener el 20% en 2007 a más del 60% a finales del primer trimestre de 2012.

El instrumento de política monetaria denominado “facilidades permanentes” de los bancos centrales funciona como una caja fuerte en la que los bancos comerciales  pueden alojar sobrantes de liquidez. En los momentos en que la economía marcha bien, su uso disminuye. Cuando hay más tensión de financiación, sin embargo, como ha sido habitual en los últimos tiempos, las entidades financieras recurren al banco central  tanto para conseguir financiación (hemos visto las enormes cantidades conseguidas) como para alojar unos excedentes que, con las dudas que suscita el sector, prefieren no prestar a sus colegas por lo que pudiera pasar.

En una próxima entrada trataremos de las “reservas mínimas” y  la transmisión de la política monetaria, es decir, su capacidad para expandir la economía.

martes, 19 de junio de 2012

LOS OBJETIVOS DE LA POLÍTICA ECONÓMICA


La política económica consiste en el conjunto de medidas que toma el sector público para lograr determinados objetivos que tienden a aumentar el bienestar de los ciudadanos.

Se entiende por sector público la actividad del Estado, las restantes Administraciones Públicas (Comunidades Autónomas, Diputaciones y Ayuntamientos),  los organismos autónomos y las empresas públicas.

El sector público puede actuar directamente tomando medidas discrecionales o fomentando las acciones del sector privado hacia determinados fines. Cuenta para ello con las políticas instrumentales que sirven como herramientas para afectar a distintos agregados macroeconómicos y a los diversos sectores económicos. 

Según se utilicen unos u otros instrumentos, las políticas pueden ser fiscales o monetarias, y con políticas específicas hacia los sectores puede incidir sobre la agricultura, la industria, el comercio, etc.

Los grandes objetivos

Los gobiernos persiguen habitualmente los objetivos de política económica siguientes:

a)  Reducción del desempleo, dado que genera grandes costes sociales y personales en el un país
b)  Crecimiento sostenido, que impulse el PIB a una tasa anual que permita mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos
c)  Control de la inflación, manteniendo el nivel de precios lo más estable posible, a fin de reducir incertidumbres en la economía.
d) Control del déficit público, equilibrando con ingresos los gastos de las demandas sociales.
e)  Estabilidad exterior, para equilibrar las relaciones económicas que se establecen con otros países.

La dimensión del sector público

La presencia pública en la economía no es la misma en todos los países y, además, ha variado a lo largo del tiempo. Diversos factores políticos, sociales y económicos han condicionado el grado de intervención estatal.
 
Se pueden observar en el gráfico las disparidades entre países en relación a la proporción de gasto público con respecto al PIB,  desde un 19,38% de la República Centroafricana hasta el 56,67% de Francia en el año 2010. En España el sector público gastó en 2010 el equivalente al 45,44% del PIB y en el 2012 no pasará del 42%.

En cuanto a la evolución del gasto en las últimas décadas, se observa que Suecia, un país tradicionalmente con Estado fuerte, ha reducido la participación del sector público en su economía. En el año 1993 tenía un 67,89% de gasto público y en el 2010 se quedó en el 50,63%,  un 25 por ciento menos. Alemania, ha pasado de un 54,46% en 1995 al 47,87% en 2010, con una reducción del 12 por ciento. También España ha reducido la participación del sector público en cerca del 10% con respecto a 1993.

Por otra parte, y como consecuencia de la crisis financiera, todos los países incrementaron su porcentaje de gasto público en el año 2009, aunque a partir del 2010 se están aplicando políticas contrarias que tratan de disminuir drásticamente ese gasto público, especialmente en la Unión Europea.


Las funciones del sector público

Al sector público se le atribuyen tres funciones económicas:

1.     Eficiencia económica, maximizando el bienestar de los ciudadanos, tanto desde el punto de vista de la producción como de la distribución, controlando el poder de mercado de las grandes empresas, cuidando los efectos de las externalidades negativas y proporcionando bienes públicos
2.     Equidad distributiva, favoreciendo la redistribución de las rentas desde los más favorecidos a los más necesitados, corrigiendo las desigualdades que ocasiona la orientación hacia la productividad y la eficiencia del mercado
3.  Estabilidad económica, interviniendo en los mercados para lograr los grandes objetivos macroeconómicos arriba indicados.

En las siguientes entradas trataremos de la política monetaria, una de las actuaciones del sector público en la economía, que en la Eurozona está dirigida por el Banco Central Europeo.