martes, 29 de mayo de 2012

LA EVOLUCIÓN DE LA PRODUCTIVIDAD


Señalábamos en la entrada anterior que la productividad o eficiencia en el uso de los recursos y la utilización de mayores cantidades de capital y de trabajo constituyen los factores que impulsan el crecimiento económico.

La especialización y la división del trabajo, el uso intensivo de medios de pago que faciliten los intercambios,  las inversiones de capital y los buenos gestores, entre otros, son factores que elevan la producción de las empresas,  que es decisiva para aumentar el nivel de vida de la población.

La productividad media 

En la literatura  económica,  la productividad media es el cociente entre el producto total elaborado por las empresas y el número de trabajadores o de horas empleadas. En el corto plazo se estudia la productividad del factor variable, el trabajo, considerando que permanece fijo el capital empleado (edificios, equipos…) 

La productividad, eficiencia productiva o Productividad Total de los Factores (PTF) no obedece, como algunos piensan,  exclusivamente a la tecnología. Influye también, por ejemplo,  la eficiente asignación de los factores productivos dentro de un país. Unas mismas cantidades de capital agregado y trabajo agregado producirán muchos más bienes si ese capital y ese trabajo se asignan en mayor cantidad a las empresas o sectores más productivos

Otros factores que contribuyen al aumento de productividad son el ahorro y la inversión (acumulación de capital), la educación y cualificación de la población activa.

Los cambios producidos en cada uno de esos factores afectan al crecimiento y provocan variaciones en el nivel de vida de la población.

La productividad en España

 La falta de crecimiento significativo de la productividad española se ha venido asociando a la elevada dimensión del sector de la construcción y a la escasa cualificación de los inmigrantes. Ambos factores han tenido influencia,  pero no se deben olvidar las insuficiencias en la innovación, la calidad y la  preparación de los trabajadores 

    
Como observamos en el gráfico, la productividad por empleado era en España en 2007 igual al 91% de la media de la Unión Económica y Monetaria (UEM), lo que representa  una caída de 12 puntos porcentuales con respecto a 1985.

Desde principios de 2008, la productividad por empleado ha aumentado del orden del 11%, el mayor incremento de la Eurozona, pero se ha logrado a costa de destruir más de 2 millones de empleos, es decir, casi el 10% del total de ocupados.

Es lo que remarca el gráfico adjunto, señalando la  diferencia entre la reducción del PIB y la drástica caída del empleo, medido en “Puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo”(PTETC):
    
Como la productividad es un cociente, la disminución del denominador, el empleo (PTETC), es el principal causante del aumento en el nivel de eficiencia de los recursos empleados, ya que el denominador, la producción (PIB), desciende en mucha menor proporción.

Este comportamiento de la variación de la productividad por ocupado es claramente anticíclico. Aumenta notablemente en las recesiones  y crece menos  cuando sube el PIB, lo cual confirma que el ajuste de las empresas a los cambios de la situación económica se realiza principalmente a través del empleo, sobre todo temporal,  a diferencia de otros países,  en los que el ajuste se produce a través de las modificaciones de las condiciones de trabajo, como la variación de la jornada laboral y la adaptación de los salarios.
  

martes, 22 de mayo de 2012

LAS FUENTES DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO


Está resultando muy difícil reducir el déficit público español, debido a que  la economía se encuentra en recesión. Los cálculos del Banco de España  confirman que el PIB cayó en el primer trimestre de 2012 un 0,4% respecto al trimestre anterior  y, según lo avanzado por el Ministro de Economía, en este trimestre se reducirá otro 0,3%.

Por ello, tras varios años de ajustes intensos, se  habla ya del pacto de crecimiento, tanto en España como en toda la eurozona. "Necesitamos centrar nuestros esfuerzos colectivos en impulsar el crecimiento", ha dicho  Olli Rehn, vicepresidente de la Comisión Europea.
El crecimiento
Recordemos que, desde una perspectiva histórica, los aumentos en el nivel de vida de la población son un hecho relativamente reciente. El comportamiento estacionario, y no el crecimiento, fue la característica predominante del pasado.

Hasta el siglo XV el crecimiento de los ingresos por habitante fue prácticamente nulo. La revolución industrial provocó en el siglo XIX un incremento de renta anual por persona en torno al 1% y fue a partir de la mitad del siglo XX cuando las tasas anuales de crecimiento subieron a nivel mundial, al tiempo que comenzaron a observarse importantes diferencias en los niveles de vida de la población 

Las fuentes del crecimiento

Tradicionalmente se ha asociado el crecimiento a la dotación de recursos naturales de los  países. Serían países ricos aquellos que más recursos naturales poseen. Pero la realidad ha ido desmintiendo semejante proposición, porque algunos países desarrollados son más pobres en recursos naturales que muchos subdesarrollados. Sin ir más lejos, el País Vasco es un caso evidente.

Desde el pionero trabajo del economista Robert Solow, en 1957, el análisis económico plantea que el crecimiento en el largo plazo está asociado a dos tipos de factores:
          -      Aumento en el uso de factores productivos: trabajo y capital
-  Aumento en la productividad o eficiencia con la que se utilizan esos factores

El segundo factor citado se conoce también como “la productividad total de los factores (PTF)”, que se mide como un residuo de la diferencia entre el crecimiento total del PIB y el crecimiento de una media ponderada del capital y el trabajo agregados. De hecho, también se conoce como el “residuo de Solow”, en honor al premio Nobel de economía.

Un ejemplo de la influencia del primer tipo de factores seria la Unión Soviética. En el período posterior a la Segunda Guerra Mundial, su crecimiento se explica por el importante incremento de factores productivos. Como tal acumulación tiene un límite, era evidente que tendría que llegar a desacelerarse.

En el caso de España, también se creció en la década pasada por el incremento de factores: la entrada de inmigrantes, que supuso un  aumento del factor trabajo,  y las cuantiosas inversiones de capital, consecuencia de la facilidad de acceso al crédito.

En cambio, en Estados Unidos, el 80% del crecimiento ha venido provocado por el aumento de productividad y el 20% restante por la utilización de más capital y trabajo.

En el gráfico siguiente podemos observar la evolución del PIB, así como la contribución al crecimiento de la demanda interna y del sector exterior. 
   




Vemos que la demanda interna (línea roja) impulsó el crecimiento español hasta el año 2008 y, a partir de la crisis, como consecuencia de los ajustes presupuestarios, es el sector exterior (linea azul) el que tiene influencia positiva en el PIB. 


 Condicionantes del crecimiento

La literatura económica señala tres elementos que influyen notablemente en el proceso de crecimiento económico:

- Las condiciones geográficas, tales como el clima y la ausencia de ciertas       enfermedades
- La calidad de las política económicas, como el grado de apertura al exterior
-    La calidad de las instituciones: las leyes y  el respeto a la propiedad 

Los resultados empíricos vienen a confirmar que las políticas económicas y las instituciones son importantes en el crecimiento económico, que debería venir acompañado de una estrategia global para orientarlo hacia la igualdad, el bienestar de la población y la responsabilidad ambiental

Aunque en ocasiones anteriores lo hemos manifestado, conviene recalcar que la tasa de crecimiento del PIB es una expresión poco afinada de lo que realmente sucede en un país, debido a que no indica la naturaleza de los procesos que están dando lugar al crecimiento o recesión económica, ni cómo se distribuyen sus efectos entre la población.

Por tal motivo se viene utilizando el concepto de desarrollo económico, entendido como el proceso que, además de reflejar un crecimiento económico,  mejora las condiciones de vida de los ciudadanos.

En una próxima entrada trataremos sobre la productividad y su evolución en la economía española.