martes, 25 de diciembre de 2012

LA DUALIDAD MONETARIA EN CUBA


En la década de los años 90, el modelo económico cubano tuvo que adoptar importantes cambios funcionales y estructurales para afrontar la crisis económica ligada a la ruptura de sus relaciones económicas internacionales como consecuencia de la desaparición de la URSS 

El vacío dejado por los antiguos países socialistas llevó a la reorientación geográfica de los vínculos comerciales exteriores, adaptando el sistema de relaciones a la dinámica de los precios vigentes en el mercado mundial, sin poder acceder a las fuentes de financiación externa de forma estable, dada la persistencia del bloqueo norteamericano.

Entre 1990 y 1994, el PIB se contrajo un 34,8%. El presupuesto del Estado y los de casi todas las empresas sufrieron una brutal caída de ingresos, pero se mantuvieron los gastos de educación y salud y, para evitar el desempleo masivo, aumentaron los subsidios destinados a cubrir las pérdidas de las empresas.

El abultado déficit estatal (24,5% entre 1990 y 1993) que introdujo la crisis económica provocó desequilibrios, muy elevada inflación (183% en 1992) y, como resultado, desconfianza en el peso cubano.

Por ello, desde los comienzos de los 90, la economía cubana comenzó a funcionar en base al dólar, pero el peso cubano siguió operando en muchas áreas, con lo cual el país entró en la dualidad monetaria.

El proceso de dolarización llevó a cambiar  el dólar por 7 pesos en 1990  y  100 pesos en 1992. Con el control de la inflación,  el tipo de cambio logró estabilizarse en torno a 21 pesos el dólar en el resto de la década.

La entidad oficial de cambio de moneda (CADECA) surgió en 1995 y asumió la devaluación del peso cubano, adoptando el tipo de cambio informal vigente en las operaciones con la población y los turistas

Aunque el proceso  de dolarización fue una necesidad derivada de la crisis, se convirtió en un mecanismo de regulación económica, al reservarse el Estado la decisión de cuáles empresas deben operar en dólares y cuáles en pesos cubanos.

En los años 2003 y 2004 se llevó a cabo la sustitución del dólar por el peso cubano convertible (CUC). La economía dejó de estar dolarizada y se mantuvo la dualidad con la circulación del peso cubano y el peso convertible.

Sin embargo, el tipo de cambio informal aplicado en la casa de cambio no se llevó a la contabilidad y a las operaciones del sector empresarial. Todavía hoy, el tipo de cambio del peso cubano que aplican las empresas es hacerlo equivalente al dólar o al peso convertible.

Esta sobrevaloración del peso nacional distorsiona los valores de los balances contables de las empresas y el propio cálculo del PIB. Mantiene artificialmente rentables a un conjunto de empresas y, simultáneamente, irrentables a muchas otras que no lo son realmente.

Al mismo tiempo, la sobrevaloración estimula las importaciones, dado que en la contabilidad no se refleja el verdadero costo de los productos importados y reduce el auténtico valor de las exportaciones. La consecuencia es que el tipo de cambio oficial que se aplica a las empresas no permite evaluar la competitividad de los bienes y servicios cubanos.

Pero la distorsión en la gestión empresarial no es la que más se menciona cuando uno escucha discutir a los cubanos sobre la dualidad monetaria. La doble moneda se identifica mucho más con las desigualdades en los ingresos, debido a que los salarios de los trabajadores estatales se pagan en pesos cubanos, a los que la inflación ha restado en los últimos 20 años un 70% de su capacidad adquisitiva, y, en cambio,  cuantos se desenvuelven en el  sector turístico, acceden a remesas exteriores o se relacionan con las actividades de la inversión extranjera se benefician de ingresos valorados en dólares o pesos convertibles.

Pero lo cierto es que las desigualdades son consecuencia de la reducción de los salarios reales en el amplio sector estatal cubano, ocasionada sobre todo por la elevada inflación del “período especial” (1990-1993). No es un tema monetario, sino una cuestión estructural, que viene determinada, en definitiva,  por la baja productividad y la ineficiencia de gran parte del sector empresarial.

Sobre la doble moneda, los “Lineamientos” indican que “se avanzará hacia la unificación monetaria, teniendo en cuenta la productividad del trabajo y la efectividad de los mecanismos distributivos y redistributivos”.

Por la información que hemos recibido en la reciente visita a Cuba, sabemos que se ha dado el primer paso. En el 2013 comenzará a experimentarse con cuatro grupos empresariales la devaluación del peso cubano, situando el tipo de cambio en términos 1 peso convertible igual a 7 pesos nacionales.

Con una devaluación de este tipo, cambiarán los precios relativos y los resultados financieros de las empresas. También se verá afectado el presupuesto del Estado.

La devaluación va a traer un incremento de la inflación, al tratar las empresas de trasladar a los precios finales de los bienes y servicios el incremento de costos por multiplicar a una tasa de cambio mayor los pesos convertibles y divisas de los insumos.

Los cambios van a provocar un empeoramiento de la cuenta de resultados de algunas empresas y afectar a su solvencia, dejándolas sin capacidad para hacer frente a las deudas contraídas con los acreedores. Pero es evidente que surgirán nuevas oportunidades para el ámbito productivo.

Es posible que esta devaluación del 1 a 7 sea el primer paso de un proceso gradual, porque habrá que ver en qué punto se va a encontrar con la tasa de cambio en CADECA, es decir, cuál es la tasa de equilibrio, porque el tipo de cambio actual para la población de 24 pesos por convertible tampoco es el del equilibrio final, ya que en este mercado no intervienen el conjunto de la oferta y demanda del país.

El proceso devaluatorio que se inicia, que introducirá tensiones en la economía, va a mejorar la transparencia en la información sobre la gestión y la medida  de las rentabilidades de las empresas cubanas, pero no puede lograr por sí solo la mejora de la distribución del ingreso, ya que, como hemos indicado, el nivel reducido de los salarios estatales no es un problema monetario, sino una cuestión derivada de la situación del conjunto de la economía cubana





martes, 18 de diciembre de 2012

LA UNIÓN EUROPEA SE ADENTRA EN LA RECESIÓN


Como explicábamos en la entrada anterior, el pensamiento económico dominante deposita en los incrementos de exportaciones españolas la esperanza  de mejora en la economía. Pero los recientes datos de Eurostat advierten que se está produciendo una desaceleración en la Unión Europea, donde se sitúan los principales clientes de nuestras empresas.

La oficina europea de estadística señala que la economía de la Unión acentuó en el tercer trimestre el proceso de desaceleración iniciado en el segundo período del año anterior.
Como observamos en el gráfico, en tasa interanual, el PIB registró en el tercer trimestre un descenso de 0,4%, tras la disminución del 0,3% en el período anterior. Los dos trimestres con crecimiento negativo hacen que la economía europea pueda considerarse que está,  técnicamente, en recesión.

Por su parte, la Zona Euro tuvo similar evolución, aunque más acusada, con un caída del 0,6% en el tercer trimestre, su mayor disminución desde el 2009.

En el tercer trimestre de 2012, en tasa interanual, Alemania, crece en torno al 0,9% y Francia no pasa del 0,1%.

Los países periféricos son los que presentan caídas más destacadas para este año: Grecia (-7,2%), Portugal (-3,4%), Italia (-2,4%) y España (-1,6%)

Los últimos Estados incorporados logran aún robustas tasas de avance. Los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) tienen tasas de crecimiento superiores al 3%.   
          
Como consecuencia del descenso de la actividad económica, el mercado laboral continúa destruyendo puestos de trabajo y el número de personas que buscan empleo ha llegado en Europa a 25,7 millones, que representa una tasa de desempleo del 10,6%

Las perspectivas de la Comisión Europea apuntan que la Unión reducirá su PIB en el conjunto del año 2012 un 0,3%  y comenzará a tener crecimientos positivos débiles en el 2013 en torno al  0,4%.

Los países periféricos seguirían en el 2013 en tasa negativa, como consecuencia de las medidas de consolidación fiscal. Las tasas de PIB que se prevén son: Grecia (-4,2%), España (-1,4%), Portugal (-1%) e Italia (-0,5%).

En cuanto a los dos países más importantes,  Alemania alcanzará un moderado crecimiento del 0,8% y Francia un 0,4%

Aunque la Zona Euro se adentra en la recesión, los responsables de las Unión no parecen demasiado preocupados por las consecuencias, puesto que, en la cumbre de la semana pasada aplazaron debatir sobre asuntos que estaban en la agenda, tales como la creación de un esquema europeo de garantía de depósitos y un presupuesto específico para asistir a los países más perjudicados por la crisis. 

martes, 11 de diciembre de 2012

EL PROCESO DE MEJORA


En el verano de 2007, tanto el petróleo como las Bolsas de Valores alcanzaban niveles record. La crónica económica daba cuenta de enormes beneficios y espectaculares operaciones financieras.

Bastó un accidente banal para cambiar súbitamente la tendencia alcista. El 9 de agosto de 2007, BNP Paribas, el mayor banco de Francia, tuvo que bloquear tres fondos de inversión valorados en 2.000 millones de euros, afectados por su vinculación con la incipiente crisis hipotecaria en EE.UU.

Ocurrió que ciertas entidades financieras estadounidenses especializadas en las ya famosas y arriesgadas hipotecas subprime estaban en serios apuros. La burbuja financiera había comenzado a deshincharse, pero a tal velocidad que más parecía una explosión. El contagio fue inmediato. La primera crisis financiera de la globalización se extendió con una virulencia terrible.

Por aquellas fechas el mercado inmobiliario español estaba llegando al límite de sus posibilidades. Con los tipos de interés subiendo, la rentabilidad de las compras para beneficiarse de las subidas posteriores de las viviendas estaba disminuyendo. Las familias tenían que dedicar, como promedio, ocho años de sus ingresos para adquirir una vivienda, lo cual estaba fuera del alcance de la mayoría.

La cuestión es que el incendio, que comenzó en el mundo desarrollado, se propagó por todo el sector financiero y, con el tiempo, ha afectado seriamente a la economía real, con una triste secuela de desempleo, pobreza y sequia financiera.

¿Cómo va llegar la mejora de la actividad económica y la creación de empleo según el pensamiento dominante en Europa?

Recordemos la composición del Producto Interno Bruto (PIB) de un país,

                         PIB = C + I + G + (X – M)

Parece evidente, por la evolución que observamos, que el incremento de actividad no será consecuencia de la mayor demanda de consumo (C), porque el gasto de las familias sigue débil a causa de la política de austeridad, el nivel de desempleo y al miedo al futuro.

La inversión privada (I) está en franco retroceso, después de varios años de elevados niveles de inversión. Al faltar demanda, las empresas tienen subutilizadas las instalaciones ya construidas y no se involucran en ampliaciones.

En cuanto al gasto público (G), tanto corriente como en infraestructuras, está sometido a recortes, a fin de llevar el déficit presupuestario a niveles ya comprometidos con las instituciones europeas.

Si Europa tuviese un presupuesto amplio a nivel de la Unión, como el 25% del PIB en poder del gobierno federal en Estados Unidos, se podrían esperar transferencias y subvenciones para evitar el recorte continuo de los gastos sociales, pero con el 1% de presupuesto sobre el PIB que recauda, no es posible contar con ninguna ayuda.

Por lo tanto, en la identidad señalada del PIB sólo nos queda un componente, el sector exterior (X-M), exportaciones (X) menos importaciones (M). Y la clave para impulsar el sector exterior es el aumento de la competitividad. De la demanda exterior puede venir la mejora de la actividad y la reducción del desempleo.

Una vía para mejorar la competitividad es el aumento de la productividad (la producción por hora trabajada), por medio de innovación, reformas estructurales y  una adecuada política industrial. Este es un camino que tiene efectos a medio y largo plazo. En lo que va de año,  el ritmo de aumento de la productividad está en torno al 3%, impulsado por el intenso ajuste del empleo.

Una segunda estrategia para aumentar la competitividad es concertar una moderación de precios y salarios, cuidando que se mantengan  los niveles reales de salarios y pensiones, es decir, las capacidades adquisitivas, lo cual supone controlar la inflación de los productos y servicios consumidos.

Estas acciones beneficiarían a las empresas, el Gobierno conseguiría mayores ingresos  fiscales y podría reducirse el desempleo en aquellos sectores que consigan mayor competitividad. En el tercer trimestre del año, los costes laborales unitarios han descendido cerca del 3% en tasa interanual

En el siguiente gráfico, obtenido del informe mensual de “La Caixa”, observamos el incremento del porcentaje de las exportaciones de bienes y servicios en los dos trimestres anteriores (tasas interanuales)
Sin embargo, la evolución negativa del PIB de nuestros vecinos comerciales, sumidos también en procesos de ajuste, va a dificultar el avance de las exportaciones en los próximos trimestres. El PIB de la zona Euro cayó un 0,1% en el tercer trimestre en términos anuales.

Como el horizonte temporal tiene importancia, a corto plazo, la citada concertación de rentas (precios y salarios)  puede ser más efectiva, pero en el medio y largo plazo la mejora de la competitividad se tiene que apoyar en mayor productividad y, por tanto,  habrá que prestar  atención especial a la inversión tecnológica y al impulso educativo consiguiente.

Pero en 2011 se invirtieron  en España en proyectos de investigación y desarrollo 400 millones de euros menos que en el año anterior y ha sido la primera vez que, en los últimos 12 años, se reduce el porcentaje de I+D respecto del Producto Interior Bruto. 

martes, 20 de noviembre de 2012

AUMENTA LA DESIGUALDAD


Las consideraciones referentes a la distribución mundial de la renta y a la desigualdad global están adquiriendo una importancia creciente.

Fue en la época de la Revolución Industrial (siglos XVIII y XIX) cuando se aceleró un proceso de divergencia entre los niveles de renta de los países, que originó un gigantesco aumento de desigualdad entre los ciudadanos del mundo.

Se discute si es una divergencia de tipo permanente o, por el contrario, se puede esperar que las diferencias entre países ricos y pobres, que iniciaron un tímido descenso hace un par de décadas, continuarán acortándose significativamente, tema sobre el cual tratamos en la entrada anterior.

En esta ocasión vamos a fijarnos en otra desigualdad, la que se produce entre los ciudadanos del mismo país, que se deriva de la distribución personal, el reparto de la renta entre los individuos.

El siguiente gráfico recoge dos medidas de desigualdad:

-El coeficiente de GINI,  del estadístico italiano del mismo nombre, que ideo a comienzos del siglo pasado un método para medir la desigualdad de los ingresos entre los habitantes de un país. El valor 0 expresa la igualdad total y el valor 100 la máxima desigualdad

-El ratio s80/20 de la población, que establece el número de veces que el 20% de ingresos más elevados supone sobre el 20% de menores rentas.


Observamos en el coeficiente de GINI (a la izquierda) que en el año 2010, últimos datos disponibles para comparar, la Unión Europea tenía un coeficiente de 30,5, en tanto que España llegaba a 33,9. Por otro lado, mientras que a partir de 2008 el índice de desigualdad europeo desciende, el de España sube de 31,3 a 34.

En cuanto al gráfico derecho, vemos que, en el año 2011, el 20% de nivel más alto ingresó en la  UE-15 6,2 veces las rentas del 20% más bajo, en tanto que en España la mismo relación alcanza 7,5 veces, es decir, un 21% más. 


Las medidas de desigualdad nos permiten conocer cómo va afectando a los ciudadanos la evolución de la gran recesión. Los gráficos nos muestran que la brecha entre las rentas altas y bajas se amplió de modo significativo entre 2008 y 2010, para mantenerse estable en el año pasado.

No cabe duda de que la desigualdad más pronunciada en España con respecto a la media europea es consecuencia del mayor nivel de paro. Es la posibilidad de acceso a un puesto de trabajo la que marca la diferencia con respecto a los desempleados y, dentro de este colectivo,  la brecha  se abre entre los que aún reciben algún subsidio y los que han agotado todas las prestaciones.

Resulta significativo el título del informe presentado la semana pasada en el Congreso Nacional de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA), celebrado en Bilbao: “Adiós a las clases medias”

NOTA. En las dos próximas semanas no aparecerá ninguna entrada nueva en este blog. Estaré en el Oriente cubano colaborando en el programa de MUNDUKIDE, ONG de Desarrollo

martes, 13 de noviembre de 2012

CONVERGENCIA ECONÓMICA ENTRE PAISES


La convergencia económica significa que los países con menores niveles de renta por habitante tienden a crecer a ritmo más rápido del que avanzan los de mayor desarrollo.

Tal hipótesis implica que con el transcurso del tiempo los niveles de renta media por habitante reducen las diferencias entre los países,  al menos entre aquellos que tienen determinadas características comunes.

Hay indicios de que hace dos décadas comenzó un proceso de convergencia, pero las diferencias siguen siendo gigantescas. Cuando Adam Smith, el padre de la economía clásica, escribió hace 236 años “La riqueza de las naciones”, la renta por habitante del país más rico (Reino Unido) multiplicaba por 4 la del más pobre. Al día de hoy un estadounidense medio ingresa 400 veces más que un congoleño.

En la primera década de este siglo emergieron países con grandes riquezas naturales y algunas economías tuvieron una recuperación sorprendente, tanto en América Latina como en Asia. Destacan China e India, con un total de 2.500 millones de habitantes, que casi han duplicado el tamaño de sus economías en la década pasada,  moviendo el centro de gravedad de la economía mundial hacia el Este.

Podemos apreciar en el siguiente gráfico, correspondiente a "Perspectivas de  la economía mundial", las tasas de crecimiento anual por habitante, en porcentaje, de tres bloques de países,                                 


Observamos que, a partir de comienzos de siglo, las tasas de crecimiento de los países emergentes y en desarrollo triplican el avance de las economías desarrolladas.

Viniendo a un caso cercano, el de la economía española, el proceso de convergencia con Europa  en la década previa a la crisis actual se debió sobre todo  a que los salarios fueron acortando distancias con respecto a los europeos.  Y sabemos que el aumento de la renta suele ir parejo al de los salarios, puesto que éstos representan más de la mitad del PIB del país.

Se ha podido constatar también que el comercio exterior español ha cambiado profundamente en las últimas décadas. Tanto  los salarios y precios como las estructuras productivas han ido  convergiendo con los países que comercia. 

Algunos economistas consideran que la divergencia es un fenómeno más bien del siglo XIX y que en el siglo XX se han observado notables casos de convergencia, tales como Europa del sur con el resto de la UE, Europa con América y Corea del Sur con Japón.

Las divergencias más destacadas se dan en países africanos y algunos países latinoamericanos. Mientras que el grupo de países ricos se sitúa cada vez más en el mundo occidental, ser africano se ha convertido en sinónimo de ser pobre.

Como resulta evidente, la reducción de las desigualdades entre países, además de constituir una exigencia de la justicia, es un factor de estabilidad en el mundo.

martes, 6 de noviembre de 2012

LA ECONOMÍA EN EL LARGO PLAZO


En el largo plazo, el crecimiento económico busca el incremento de la capacidad productiva de una economía para atender las necesidades de su población.


Los bienes y servicios de un país se obtienen utilizando, además de recursos naturales,  dos factores básicos: Trabajo y Capital físico (máquinas, edificios, vehículos…).

 Cuanto más capital físico dispone un trabajador para realizar su tarea, más produce. Los bienes y servicios dedicados a la producción de nuevo capital,  y no a los componentes del consumo, constituyen la inversión y es ésta la que permite aumentar  la cantidad de capital físico disponible.

En un análisis económico simplificado, la inversión en nuevo capital requiere ahorro de los ciudadanos. Una proporción reducida de ahorro sobre la renta generada reduce la tasa de inversión y acaba disminuyendo la renta total.

Además de la cantidad de capital que utiliza el país, la renta que genera se debe a la productividad, el aumento de producción que se obtiene por trabajador con el capital físico disponible.

La productividad alcanzada depende de la tecnología, es decir, el conjunto de conocimientos existentes sobre la forma de tratar los factores con  los que se obtienen los productos, y la eficiencia, el nivel de organización conseguido en el proceso  productivo.

Estos factores del proceso de crecimiento están condicionados por la cultura de los países (esfuerzo en el trabajo),  la política económica (impuestos, reglamentaciones…) y las diferencias geográficas (recursos naturales, clima…).

En el siguiente gráfico podemos observar la evolución de la productividad, el elemento clave del crecimiento en el largo plazo:

Al finalizar 2011, la productividad en el País Vasco  en términos de PPA (paridad de poder adquisitivo o capacidad de compra) por hora trabajada era similar a la de  Alemania y superaba a la de España en un 25%.

La productividad en la economía vasca era un 12% inferior a la de EE.UU, pero superaba a la UE-15 en un 14%. 
    
Podemos observar en el gráfico el efecto de los aumentos de factores productivos y su eficiente utilización en los niveles de crecimiento económico por habitante en España y el País Vasco en los últimos 17 años.

martes, 30 de octubre de 2012

ALGUNOS PROBLEMAS DE LA CRISIS


En la evolución de la crisis financiera, que tuvo su momento más depresivo en el  año 2009, se recuperó el PIB a medida que avanzaba 2010, cambió de tendencia en el verano de 2011  y   ha caído en una segunda recesión en los últimos tres trimestres, van apareciendo algunos retos que tendrán que ir abordándose.

El primero, sin duda, es detener la recesión, la caída del PIB. Está cada vez más claro que la reducción significativa del déficit público requiere parar  la trayectoria recesiva y volver a la senda del crecimiento. Pero el PIB del año 2013 vuelve a aparecer con signo negativo: -0,5%, según el Gobierno, y -1,3%, en el informe del FMI

Con el dinero huyendo de los bancos españoles y las políticas de austeridad en pleno funcionamiento no se reavivará la economía. Y, sin crecimiento económico, el endeudamiento actual de las familias y las empresas va a ser difícil pagar

El segundo reto es plantearse un reparto razonable de las pérdidas ocasionadas por la crisis.En el siguiente gráfico, extraído de la Contabilidad Trimestral de España (los datos de 2012 son del primer trimestre), tenemos la distribución  desde 1995:

El gráfico muestra los porcentajes de participación de las retribuciones al trabajo (salarios), los excedentes empresariales y rentas mixtas (denominados beneficios) y los impuestos indirectos en el producto del país (PIB) a lo largo de 17 años.

En el año 2009 la participación de los salarios fue del 50% y en el 2012 cayó al 44%, a favor de los beneficios empresariales, que subieron del 43% en 2009 al 47% en 2012, como consecuencia del creciente desempleo y de los recortes  de la llamada “consolidación fiscal”.  

El tercer reto consiste en buscar otras actividades económicas en las que se puedan aplicar los recursos materiales y humanos que han sobrado en el sector inmobiliario. Es la condición necesaria para que pueda reducirse el desempleo de modo duradero

El cuarto reto se centra en la regulación del sector bancario. La crisis ha puesto de manifiesto la necesidad de revisar las reglas de juego del sector, porque ha defraudado las esperanzas de aquellos que confiaban que el propio mercado haría que la banca encontrara el equilibrio entre el riesgo y el beneficio.

Las reformas que se están apuntando  incluyen aspectos tales como la recapitalización de las entidades, la separación de nuevo de la banca de depósito y la banca de inversión, la limitación del tamaño de las entidades para evitar riesgos sistémicos y la regulación internacional de la operativa bancaria.

Estas medidas convertirían al sector bancario en más seguro, pero acabarían haciéndolo menos rentable, razón  por la cual el sector está resistiéndose a aceptar los cambios.

Corremos el riesgo de que el proceso reformador sea más lento que el desarrollo de la próxima crisis financiera. 

martes, 23 de octubre de 2012

LA CONTRACCIÓN CREDITICIA


La burbuja especulativa suele ser una de las causantes de las crisis financieras.  La recesión  que tenemos encima, generada como consecuencia del final de la burbuja inmobiliaria que propiciaron las facilidades monetarias vigentes a partir del año 2000, está obstruyendo, como todas las crisis, el flujo de crédito a las empresas y familias

Aunque las autoridades monetarias vienen facilitando liquidez a las entidades financieras en grandes cantidades, la actividad crediticia no se recupera, porque la incertidumbre sobre el valor de los activos y el endeudamiento de la propia banca hace que cada entidad guarde para sí la liquidez que recibe y el mercado interbancario no funciona con fluidez.

En los años de burbuja inmobiliaria, una parte importante de las compras de suelo y viviendas se hizo a crédito, aceptando los bancos tales activos como garantía.

A partir del 2008, tras el pinchazo de la burbuja, el valor de los activos comenzó a descender. Algunos compradores, que pensaban revender los activos para poder devolver el crédito y quedarse con las plusvalías, no consiguieron realizar las ventas y han sido incapaces de cumplir con sus obligaciones.

Muchas familias hipotecadas, que contaban al principio con recursos para ir devolviendo los préstamos, empeoraron de situación económica con la recesión y han acabado no pudiendo pagar las deudas.

Los bancos han tratado de recuperar los préstamos concedidos vendiendo los activos que estaban hipotecados, pero se encuentran con que sólo pueden venderlos a un precio menor, cada vez más alejado del que figura en sus contabilidades, lo que les obliga a dotar provisiones para cubrir las pérdidas potenciales.

Por fin, parece que se va a acometer la reestructuración financiera a través del “banco malo”, que se ha denominado SAREB (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria, S.A.), una sociedad a la que se transferirán los activos dañados o tóxicos a precios más o menos próximos  a los de mercado, que han de ser vendidos en el plazo de 15 años.

La segunda recesión económica ha hecho que el volumen de préstamos impagados se haya incrementado en los últimos 12 meses en un  39,7%, situando la morosidad bancaria en el 10,5% del total de créditos, tal como señala el siguiente gráfico:


Como consecuencia de la disminución del valor de los activos (pérdida de recursos), el desapalancamiento (reducción del endeudamiento) de las propias entidades financieras  y el temor de la banca a la nueva morosidad, se está reduciendo a ritmo acelerado la concesión de nuevos créditos, lo cual ocasiona serios problemas de liquidez en la economía. 


El gráfico nos permite observar la dimensión del problema. Según el Banco de España, el crédito para las familias y empresas cayó un 5% en los últimos 12 meses.

Si nos fijamos en la variación del volumen de los créditos, podemos comprobar que está teniendo la mayor caída de las últimas décadas. Y algunos expertos estiman  que esta tendencia continuará en paralelo con la evolución de la economía.

martes, 16 de octubre de 2012

LOS FLUJOS FINANCIEROS INTERNACIONALES


Tal como vimos en dos entradas recientes sobre la Balanza de Pagos, la Cuenta Corriente recoge los intercambios internacionales de bienes, servicios, rentas y transferencias.

Los países que registran saldo negativo obtienen recursos externos de los países con saldo positivo. Significa que cuando el consumo interno es superior a la producción de un país o, en otros términos, su inversión es superior al ahorro interno, necesita recibir recursos de otros países. Ocurre lo contrario con los países que registran saldo positivo.

Flujos financiaron mundiales

En el siguiente cuadro, confeccionado con datos del Banco Mundial,  podemos observar los saldos de las Cuentas Corrientes  (en millones de dólares) de las grandes economías del mundo:

De los datos se deduce que la Unión Europea tiene una balanza con  reducido desequilibrio y es EE.UU. el que gasta mucho  más de lo que produce. Ese exceso es financiado por los dos grandes países asiáticos (China y Japón), quienes en conjunto gastan menos que lo que producen. Algunos países del resto del mundo, tales como las naciones de Oriente Medio con petróleo, aportan el ahorro restante.

Por tanto, un país rico como EE.UU. se beneficia del ahorro del resto del mundo. Una parte importante de su financiación le viene de un país pobre como China y, en menor medida,  de Japón.

También es cierto que a China le viene bien financiar el consumo americano porque las cuantiosas exportaciones a EE.UU. le ayudan a impulsar el desarrollo del país. A cambio, el gigantesco país asiático sigue manteniendo sus reservas en dólares a base de adquirir bonos del Tesoro americano.

Entre los países componentes de la Unión Europea se dan también desequilibrios notables en las Cuentas Corrientes. En el año 2011, en millones de dólares, destacan los superávits de Alemania (202.725) y Holanda (70.634). Los países deficitarios más importantes fueron Italia (70.100), Francia (54.437) y España (51.918)

Los desequilibrios

La variación de los flujos entre los años 2008 y 2011 nos indica que los grandes desequilibrios se van reduciendo, tal como auguraban muchos economistas, ya que la cuantía de los flujos hacía que la situación se considerase insostenible.

Pero continúa el riesgo, porque los  desequilibrios por cuenta corriente que aún persisten pueden llevar a las autoridades a recurrir a políticas proteccionistas. También existe el peligro de que las salidas de manera acelerada de fondos de los países que han recibido cuantiosas sumas de dinero provoquen depreciaciones bruscas de las monedas.

Hay que recordar que los desequilibrios económicos ocultan fenómenos de otro tipo. El cuantioso déficit norteamericano se acepta porque el dólar es una moneda de reserva y porque EE.UU. es la primera potencia económica mundial. El mercado del dólar es, además, el más liquido y muchas transacciones internacionales están denominadas en dólares, incluido el mercado del petróleo. En definitiva, que EE.UU. tiene de momento capacidad de imponer a otros el uso de su moneda.

Pero algunas grandes naciones emergentes, como Brasil, están reaccionando ante los desequilibrios de EE.UU. y reclaman, cada día con mayor insistencia, una nueva moneda de reserva supranacional por encima del dólar, que reduzca el impacto de una depreciación de la moneda norteamericana y ayude a equilibrar las relaciones económicas internacionales.

martes, 9 de octubre de 2012

DEVALUACIONES COMPETITIVAS


La Reserva Federal (FED), el banco central de Estados Unidos, ha anunciado  un cambio de estrategia para combatir la debilidad de su economía.

En lugar de comprar deuda pública del país a corto plazo para aumentar la liquidez de los bancos y que estos aumenten los préstamos para incrementar la actividad de la economía, apuesta por otra “relajación cuantitativa” (la tercera desde noviembre de 2008), una compra de bonos a largo plazo y activos emitidos sobre hipotecas.

En concreto, comenzando en septiembre, por un tiempo ilimitado, la FED compra  40.000 millones de dólares mensuales en valores respaldados por hipotecas. Es una apuesta importante para tratar de revitalizar la economía estadounidense.

Además, el presidente de la FED se ha comprometido a mantener las tasas de interés en niveles cercanos a cero hasta mucho después de que la economía comience a recuperarse.

Ha argumentado que no funcionan los canales habituales de transmisión de la política monetaria. Al ser los tipos de interés a corto plazo próximos a cero, la mayor liquidez de los bancos no da lugar al incremento del crédito a las empresas y a las familias, sino que se queda en las propias entidades.

El aumento de liquidez en la economía responde a la receta monetaria que busca depreciar el dólar frente a otras monedas para mejorar la competitividad, aumentar las exportaciones, el saldo de la balanza comercial y el empleo.




En el gráfico tenemos la evolución del tipo de cambio euro/dólares en el último año. Observamos la depreciación del dólar en septiembre.

En los últimos dos años, los países están utilizando una mezcla de herramientas políticas y económicas para conseguir la depreciación de las monedas, tales como la intervención gubernamental directa, la imposición de controles de capital e, indirectamente, la citada relajación cuantitativa.

La depreciación de la moneda ayuda también a EE.UU. a reducir la deuda efectiva con el resto del mundo, ya que está denominada en su mayor parte en dólares. Serán los países tenedores de dólares, como China y Japón, los que se verán afectados por la disminución del valor de sus reservas en la moneda norteamericana.

Estamos, por tanto, ante una situación próxima a la denominada “devaluación competitiva”, una estrategia para hacer frente a las  dificultades económicas, que beneficia al país que la aplica y hace daño a los países con los que se comercia.

Esta depreciación del dólar es una mala noticia para Europa. Un euro fuerte, consecuencia de la debilidad del dólar, es una amenaza sobre todo para Alemania, dada su dependencia de las exportaciones, pero no cabe duda de que acabará afectando también a los países de la periferia europea.

Para empezar, en el caso de España,  reduce la probabilidad de alcanzar el 6% de incremento de las exportaciones que prevé el cuadro macroeconómico presentado por el Gobierno para 2013.

martes, 2 de octubre de 2012

PORTUGAL, UN AÑO POR DELANTE



Los ministros de Economía de la zona euro aprobaron el 16 de mayo de 2011  la ayuda financiera (rescate) para Portugal, que consistía en un paquete de préstamos de 78.000 millones de euros, a entregar a lo largo de 3 años.


En un rescate, los países del Eurogrupo son los que realizan aportaciones a un  fondo, a fin de  comprar toda la deuda que el país en dificultades financieras necesita. Se aplica un interés del 6% y  la devolución del préstamo es a 15 años. A cambio, se le exige al país que recorte el déficit y que mejore su competitividad con medidas drásticas.

Las condiciones establecidas fueron aplicar “un ambicioso pero creíble ajuste fiscal” para lograr la reducción del déficit desde el 9,1% del PIB en 2010 al 3% en 2013; un plan de reformas del mercado laboral, sistema judicial y vivienda, y un paquete de medidas para reforzar el capital de los bancos.

Tras un año y medio de medidas de austeridad (reducción de retribuciones a funcionarios y pensionistas, recortes en sanidad y educación), en 2012 han subido el IVA (hasta el 23%), el impuesto de la renta, las tarifas médicas (ir al médico de familia cuesta 5 euros y a urgencias 20 euros) y los transportes públicos.

En el siguiente gráfico podemos observar la evolución del PIB del país:

La caída de la renta alcanzará este año el 3%, cuando la media de la Unión Europea mantendrá el nivel de PIB del año anterior,  y el paro portugués subirá por encima de 15,7%.

La economía del país está anémica después de tantos meses de recortes. Con el consumo cayendo este año en torno al 6%, los ingresos del Estado están siendo menores que los previstos. Por el contrario, los gastos del subsidio de desempleo siguen incrementándose.

Portugal va un año por delante de España y puede ser un caso representativo de que la asunción de austeridad en solitario no aporta los resultados que se desean.

El Gobierno español huye de la palabra rescate porque resume la humillación de un país y apuesta a que no sea necesario pedirlo.

Si el anuncio del BCE de que no va a ser impasible ante el elevado coste diferencial que están pagando algunos países para poder financiarse hace que los inversores vuelvan a comprar deuda pública, subirá el precio de los títulos y bajará el tipo de interés. España podría financiarse con cierta comodidad sin el rescate. 

Pero, a juzgar por las recientes reducciones de la prima de riesgo, los inversores ya han descontado que habrá petición de rescate. Por lo tanto, al Gobierno español le va a resultar difícil esquivar la presión de las instituciones europeas, que buscan ante todo proteger los intereses de los acreedores de la deuda, en su mayor parte bancos alemanes y franceses.


martes, 25 de septiembre de 2012

LA CUENTA FINANCIERA DE LA BALANZA DE PAGOS


En la entrada anterior abordábamos el contenido de la  Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos española del primer semestre de este año. A continuación completamos el tema tratando de explicar  la Cuenta Financiera del mimo documento.

La Cuenta Financiera  recoge las compras y ventas de activos, que dan lugar a dos tipos de inversiones:

Inversión directa. La compra de activos físicos (por ejemplo, terrenos e   instalaciones) o la compra de la mayoría de las acciones de una empresa. 

Inversión en cartera. La compra de activos financieros, como acciones o bonos, que representen una pequeña parte en el conjunto de la sociedad adquirida.

La inversión del exterior se da cuando un extranjero compra un activo español y da lugar a una entrada de divisas. En la Balanza de Pagos lleva un signo positivo. En cambio, la compra de un activo extranjero es una inversión en el exterior y lleva un signo  negativo.


Como ya vimos, la Cuenta Corriente nos indica que el país quedó a deber 17.134,5 millones de euros al resto del mundo en el primer semestre. Es la cantidad gastada más de la producida. No se ha podido pagar con bienes y servicios españoles, por lo que el resto del mundo se ha tenido que conformar con promesas de pago. Más tarde tendremos que consumir menos de lo que producimos, a fin de transferir la diferencia al extranjero.

La primera partida de la Cuenta Financiera la constituyen las  inversiones directas. Observamos que en el primer semestre de 2012 los extranjeros han invertido más en España que los del país en el extranjero, con lo que ha habido una entrada neta de divisas por 5.797,6 millones de euros.

En cambio, el saldo de las inversiones en cartera indica que se ha originado  una salida neta de divisas de 77.493,3 millones. Como las inversiones del exterior en España, 84.357,7 millones están en negativo, nos están indicando que los extranjeros han desinvertido, es decir, que han vendido sus participaciones en sociedades españolas. La prensa económica ya venía dando noticia de estas operaciones, atribuidas a la pérdida de confianza en el país como lugar de negocios

Otras inversiones, que incluye préstamos y depósitos, tiene un saldo negativo de 154.291,5 millones y, por lo tanto, refleja la salida de dinero al exterior, tanto de los españoles que han sacado dinero del país (75.680,8 millones) como de las extranjeros que se llevan su dinero (78.610,8 millones).

Sumando todas las partidas citadas de la Cuenta Financiera,  más los derivados financieros,  el saldo negativo del primer semestre de 2012 ha sido de 219.817,4 millones.

Recogiendo el conjunto de la Balanza de Pagos, tenemos hasta ahora:


Saldo semestral (millones de euros)
Cuenta Corriente
-17.134,5
Cuenta de Capital
2.414,2
Cuenta Financiera (excluido Banco de España)
-219.817,4
                SALDO DE LA BALANZA BÁSICA
-234.537,7

La Balanza Básica recoge todos los movimientos originados por los agentes privados de la economía. Esta balanza señala el auténtico saldo de la Balanza de Pagos del país.

El saldo negativo que aparece en el cuadro de arriba nos indica que en el período semestral han salido 234.537,7 millones más de los que han entrado. ¿Cómo ha sucedido?

En el documento oficial tenemos la respuesta: es el Banco de España, componente del Eurosistema (sistema de Bancos Centrales,  encabezado por el Banco Central Europeo) el que ha tenido que aportar el dinero necesario para compensar el saldo negativo de la balanza básica.

La financiación extranjera a España ha caído a la mitad, tanto la privada como la pública.  En concreto, la tenencia de deuda española en poder de extranjeros ha ido descendiendo del 57% en octubre de 2011 al 30% en agosto de este año.