domingo, 24 de julio de 2011

INCENTIVOS PERVERSOS


Ya sabemos que en las economías de mercado los precios y los beneficios otorgan incentivos a las personas y a las empresas. Se considera que proporcionar incentivos adecuados es una cuestión económica fundamental

Los beneficios ofrecen a las empresas incentivos para producir los bienes que desean los ciudadanos y las retribuciones salariales proporcionan a los individuos incentivos para trabajar. 

En las políticas públicas, los incentivos económicos tratan de utilizar la fiscalidad y los precios que están bajo el control del Gobierno para estimular aquellos comportamientos que se consideren deseables, y por contra penalizar los que sean perjudiciales. Por ejemplo, el impuesto de matriculación puede ser reducido para los coches pequeños que contaminan poco y elevado para los propietarios de un 4x4. 

Pero los incentivos pueden ser también estímulos para realizar malas prácticas. Entonces se convierten en incentivos perversos. Veamos algunos del área financiera. 

Los intereses del que gestiona dinero ajeno no son los mismos que los del dueño del dinero. Por ejemplo, imaginemos que depositamos 100.000 euros en un fondo que tiene comisión del 10% de los beneficios. Supongamos que, siendo conservador, podemos esperar unos resultados entre el -5% y el +20%, y siendo agresivo, podemos esperar estar entre el -50% y el +50%. Para nosotros, partícipes del fondo, la táctica conservadora, la primera alternativa, ofrece una esperanza matemática (20%-5%=15% y 50%-50%=0%) más favorable, por lo que es la que más nos conviene. Pero el gestor tiene otro punto de vista muy diferente: para él, los resultados van de 0 a 2.000 euros de comisión en la táctica conservadora, y de 0 a 5.000 euros en la táctica agresiva. Si no hay beneficios, para su comisión le da igual que las pérdidas sean pequeñas o abultadísimas y, lógicamente, el gestor es más agresivo gestionando el fondo que lo sería con su propio dinero. 

Otro caso de incentivo perverso es el de los CDS (credit default swaps o permuta de riesgo crediticio). Los CDS surgieron para asegurar deudas al contado en el mercado de derivados de crédito con liquidación física. Sin embargo, hoy, en la gran mayoría de los casos, el comprador de protección no posee dicho bono o préstamo, y el vendedor de protección (su contrapartida), tampoco, sino que ambos especulan sobre la probabilidad de impago de determinadas emisiones. 

La UE está considerando restringir el uso de los CDS cuando no se tiene el subyacente, es decir, cuando no se posea el título. Carece de sentido vender un activo que no se tiene beneficiándose de la caída de su precio, cuando los inversores suelen beneficiarse del activo comprado cuando sube su valor. Se trata de un juego de pura especulación, pero en el fondo con en un incentivo perverso. 

Angela Merkel admitió que era algo así como "permitir que los ciudadanos aseguren contra incendios las casas de sus vecinos de enfrente". Los bomberos de la ciudad tendrían trabajo extra, aunque la policía adivinaría fácilmente el móvil del incendio.

LA DESESTACIONALIZACIÓN


Los Servicios Públicos de Empleo informan que, al finalizar el mes de junio, se ha reducido el desempleo en España en 67.858 personas en relación con el mes anterior, situándose el paro registrado en 4.121.801. Pero la prensa de información general no recoge la indicación que resalta el comunicado de los Servicios Públicos: “En términos desestacionalizados, el desempleo se ha situado en 4.238.356 personas, lo que supone 31.026 parados más que el valor desestacionalizado del paro registrado en mayo”.

Hay que recordar que las variables económicas contienen alteraciones que impiden ver el comportamiento de la tendencia. Es por ello que, para hacer un análisis de coyuntura de un determinado fenómeno económico, es necesario tener en cuenta los elementos integrantes de una serie temporal macroeconómica:
  • La componente tendencial, que es la que capta los movimientos de largo plazo de la serie y sirve para conocer la mejoría o el empeoramiento en la evolución.
  • La componente cíclica, que contiene las oscilaciones suaves de ciertas series debido a la actividad económica y cuya periodicidad va entre los dos y cinco años. 
  • La componente estacional, que contiene oscilaciones intraanuales alrededor de la tendencia, que se repiten de manera muy similar en el mismo mes o en el mismo trimestre de cada año. Estas oscilaciones son causadas por factores tales como el clima y la composición del calendario (días hábiles y fiestas móviles). 
  • La componente irregular, que está constituida por oscilaciones no sistemáticas que se caracterizan por tener una estructura puramente aleatoria. 
Las tres características más importantes del fenómeno estacional son:
  1. Se repite cada año cada período con cierta regularidad
  2. Es posible medirlo y separarlo de otras fuerzas que influyen en el movimiento de la serie
  3. Es causado principalmente por fuerzas no económicas, exógenas al sistema, que los decisores no pueden controlar.
Dejando a un lado la componente cíclica, por su incidencia en el medio plazo, y la irregular, por su carácter aleatorio, para aislar la tendencia de una serie es necesario, por tanto, corregir la influencia estacional del dato de un período, que contiene oscilaciones intraanuales alrededor de la tendencia.

Es evidente que, con la información completa que ofrece el Ministerio, la evolución del paro, por más que se empeñen algunos cantamañanas, no presenta todavía ninguna tendencia positiva.